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Ultranacionalista que quiere dominar Europarlamento

(Foto: Especial)

ROMA. El italiano Matteo Salvini se ha erigido como líder de la corriente ultranacionalista europea, que él llama la política del “sentido común”, y con un discurso xenófobo y de fronteras innegociables, busca unir a fuerzas euroescépticas en un grupo dominante dentro del Parlamento Europeo.

No obstante, en el marco de las elecciones europeas que tienen lugar a partir del jueves y hasta el hoy domingo en los países que forman parte de la mancomunidad, crear un grupo parlamentario solo es posible a partir de tener 25 eurodiputados, lo cual es una verdadera dificultad.

Salvini nació el 9 de marzo de 1973 en Milán, el seno de una familia humilde, con un padre empresario y una madre ama de casa. Durante su infancia debutó en programas de televisión, pero su verdadera vocación estaba en la política y a la edad de 17 años se unió al partido de extrema izquierda, Liga del Norte.

En 1992 se matriculó en la facultad de Historia en la Universidad en Milán, pero no completó sus estudios, y comenzó a combinar su actividad política desde la extrema izquierda con el periodismo. Tuvo colaboraciones en La Padania y luego en Radio Padania Libera, de la Liga del Norte, además de repartir comida rápida.

Su inicio en la vida política se dio un año después, en 1993, cuando lo eligieron concejal de la ciudad de Milán, único cargo oficial que ocupó antes de convertirse en ministro del Interior y vicepresidente de Italia.

Desde ahí comenzó a perfeccionar su imagen de simplicidad, su comunicación y confrontación directa con los ciudadanos, para bien o para mal, desde la oposición. Al siguiente año se convirtió en ciudadano responsable del Movimiento Juvenil del Valle del Po.

En 1998 se convirtió en secretario provincial de la Liga del Norte en Milán, y luego ocupó el cargo de director de Radio Padabia Libera. Al siguiente año, en una visita del presidente de entonces Carlo Azeglio Ciampi, Salvini se negó a darle la mano, diciendo: “No gracias, doctor, no me representa”.

En 2003, Salvani se convirtió en el director de la estación Radio Padania y desde ahí se comunicaba más con la gente, desarrollando la habilidad de rápido debate. Incluso la radio le cambió el aspecto físico, en particular con varias intervenciones quirúrgicas en la nariz.

Antes de extrema izquierda, como uno de los líderes revolucionarios que experimentó con megáfonos y la organización base, incluso fundó una facción comunista de la Liga del Norte, ahora Salvini es extrema derecha.

Hoy expresa su admiración por presidentes como el estadunidense Donald Trump y el ruso Vladimir Putin.

Con el paso de los años, el político criticado como oportunista terminó desechando el objetivo más importante de su partido, que era la secesión del sur de Italia, convirtiéndolo en nacionalista.

En 2009, en la presentación de los candidatos de la Liga del Norte a las elecciones para la provincia de Milán, declaró que quería asignar algunos vagones del metro exclusivos a los milaneses y mujeres, para contrarrestar lo que él llamó "la invasión de ciudadanos no pertenecientes a la UE".

Con su carrera en ascenso, en 2012, abandonó el consejo de la ciudad de Milán para ser secretario de la Liga Lombarda, y un año después fue reelegido en ese cargo.

Sin embargo, lo dejó para seguir su actividad en el Parlamento Europeo, donde formó parte del grupo euroescéptico de derecha Europa de las Naciones y las Libertades (ENL).

En Estrasburgo fue miembro de la delegación para las relaciones con India, de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor y de la delegación para las relaciones con la península de Corea, entre otros.

En 2013, cuando se convirtió en el nuevo secretario de la Liga, acusó al ministro de Integración, Cecile Kyenge, de querer regularizar a los inmigrantes ilegales, y su política de extrema derecha se consolidaba cada vez más.

Con el auge de la tecnología, Salvini trasladó su diálogo con la gente a las redes sociales, sobre todo a las redes sociales de Twitter y Facebook, donde logra llegar a miles de personas con sus publicaciones, lo que lo habría llevado –en gran medida- al gobierno y a ser uno de los líderes más populares del país.

Con más de 2 millones de seguidores en Facebook Live y unos 740 mil en Twitter, es considerado un reconocido “influencer”.

Para 2018, en las elecciones generales del 4 de marzo se presentó cambiando el nombre de su partido, eliminando la palabra "Norte" e insertando “Salvini Premier”. En junio asumió como ministro de Gobernación.

Convertido en el principal líder de los soberanistas y del grupo Europa de las Naciones y las Libertades (ENL), Salvini llama a su política del “sentido común” y acusa que los extremistas son los únicos que han gobernado el continente en los últimos 20 años.

Lucha contra la inmigración, incluso ataca más a los inmigrantes musulmanes debido a sus creencias sobre las mujeres, y apoya los mensajes de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre las raíces cristianas de Europa. Derechista, populista, antiestadunidense, proKremlin, antiOTAN y profundamente xenófobo.

Líderes de partidos de ultraderecha de varios países europeos le apoyan, como la francesa Marine Le Pen (Agrupación Nacional), el holandés Geert Wilder (Partido por la Libertad), para las elecciones al Parlamento Europeo.

Salvini, quien vive entre Milán y Roma, ha tenido asimismo una vida sentimental poco estable. En 2001 se casó con la periodista Fabrizia Leluzzi, con quien tuvo un hijo en 2003, Federico. Para 2012 nació su segunda hija, Mirta, de su relación con Giulia Martinelli, tras divorciarse de Leluzzi. Son sus dos únicos hijos.

Al término de su relación con Giulia, se ha visto involucrado con otras mujeres, entre ellas Elisa Isoadi (entre 2015 y 2018) y la más reciente Annalisa Chirico.

da/i