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Abonos facilitos: una deuda sin fin

Alto conocimiento. Los prestamistas recurren al reparto de volantes promocionales en las estaciones del Tren Ligero, a las puertas de los templos o en las calles más transitadas de la Zona Centro de Guadalajara. (Foto: Alfonso Hernández)

Préstamos seguros, confiables y sin investigación en el buró de crédito ni avales; además, con una respuesta a la solicitud en un plazo de entre 24 y 48 horas. Éstas son las facilidades que ofrecen decenas de empresas prestamistas que han surgido en los últimos años en Jalisco y en todo el país.

Hay también compañías que prometen dinero a través de internet o hasta con una simple llamada telefónica. Otras ponen a disposición del interesado un simulador para que calcule la cantidad que podrían prestarle y a cuánto ascenderían los pagos por mes o quincena, si así lo desean, para liquidar su deuda.

Sin embargo, el deudor casi siempre deberá pagar entre 50 y 120 por ciento más de la cantidad del préstamo, aunque en el mercado hay opciones en que se termina pagando hasta 400 por ciento adicional.

Los prestamistas recurren comúnmente al reparto de volantes promocionales a las puertas de las estaciones del Tren Ligero, a las afueras de los templos o en las calles más transitadas de la Zona Centro de Guadalajara.

Estas instancias ofrecen préstamos que van desde los 3 mil hasta los 30 mil pesos. Desde el principio aclaran que la situación del solicitante ante el buró de crédito no es determinante para una respuesta positiva a la solicitud de recursos y dan una serie de números telefónicos para que el interesado se comunique. Otros invitan a ingresar a la página electrónica de la compañía. Casi nunca informan, o lo hacen de manera engañosa, sobre la tasa de interés que cobrarán al cliente por los recursos solicitados.

En uno de los muchos simuladores que se pueden encontrar en internet, se solicitó un préstamo de 15 mil pesos para liquidarse en 12 quincenas, (seis meses). El resultado fue un pago de mil 931 pesos, equivalente a un total de 23 mil 172 pesos. Bajo este esquema, se deberían liquidar al prestamista  8 mil 172 pesos más de la cantidad solicitada, lo que significa que se cobraría 54.5 por ciento de intereses.

En el portal de otra empresa se solicitaron 10 mil pesos a un plazo de 6 meses, con un pago mensual de 2 mil 620 pesos, con lo que la cantidad total a liquidar, incluyendo capital e intereses, sería 15 mil 720 pesos, por lo que se habría aplicado una tasa de 57 por ciento.

A decir de Daniel de Loera, profesor investigador del departamento de Finanzas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara, el cobro de intereses exorbitantes por un préstamo es usura, y la usura es ilegal.

En ocasiones, incluso, se le pide al cliente una cantidad de dinero para trámites de investigación, por lo que, antes de recibir el dinero del crédito, el cliente ya comenzó a entregar recursos a estas compañías.

“No se puede condicionar un crédito; de ser así, lo mejor es retirarse a tiempo”, enfatiza De Loera.

El experto describe que en el sistema financiero mexicano hay dos grandes grupos para ejercer una actividad crediticia: Los intermediarios bancarios (banca de desarrollo, comercial y de inversión) y los intermediarios no bancarios, registro que contempla a las organizaciones auxiliares de crédito, que abarca sociedades cooperativas, arrendadoras, almacenes de depósito, cajas populares y las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple.

“La gente debe ser muy cuidadosa; hay sociedades financieras de objeto múltiple reguladas, pero hay otras no reguladas. A las primeras las supervisa la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), pero las no reguladas ofrecen sus servicios de manera discrecional”.

Algunas de estas sociedades financieras ofrecen no checar el buró de crédito, lo cual en muchos casos facilita el acceso al crédito, “pero la gente debe verificar que  estas empresas cuenten con un domicilio fiscal, que estén constituidas legalmente y que las condiciones del crédito no sean las peores del mercado”, señala el investigador universitario.

Todos los organismos de préstamos deben tener un registro ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y los que señalan que no necesitan estar avalados seguramente son empresas fraudulentas, insiste De Loera.

“Si comercian con dinero están obligados a pagar impuestos. El cliente potencial puede checar por internet si son empresas constituidas, pueden pedir el Registro Federal de Causantes (RFC). La empresa que está supervisada por la CNBV le va a dar al solicitante toda la información que alimente la confiabilidad”; si no es así, será mejor no pedir prestado.

Las diferencias

La banca comercial

Ofrece préstamos personales, pero el acceso a estos productos crediticios es más complicado en razón de la cantidad de requisitos que solicitan

La banca comercial ofrece créditos personales de 3 mil a 35 mil pesos con pagos fijos quincenales o mensuales y una tasa de interés anual fija desde 25.75 por ciento hasta 45.75 por ciento sin IVA, según el resultado de la evaluación del préstamo

Además, se debe pagar una comisión por apertura de alrededor de 2.5 por ciento más IVA sobre el importe dispuesto y se requiere que el solicitante sea cliente de la institución bancaria

El producto de mayor riesgo que manejan en este segmento es la tarjeta de crédito

Las empresas prestamistas

Ofrecen préstamos desde 2 mil hasta 30 mil pesos, con respuesta a la solicitud en hasta 10 minutos

Estas compañías no checan el estado en buró de crédito del solicitante, pero los intereses varían entre 60 y 120 por ciento con plazos de 6 meses a un año, sin necesidad de aval ni penalización por pagos anticipados

Generalmente los préstamos personales se destinan al pago de deudas anteriores o para la adquisición de bienes de consumo

Empresas de rostro diverso

De acuerdo al Censo Económico del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2014 estaban registradas en Jalisco cinco uniones de crédito, 537 cajas de ahorro popular y 648 montepíos y casas de empeño. De acuerdo con estos datos, las dos últimas han crecido considerablemente respecto a 2009, cuando había 374 cajas de ahorro y 385 montepíos y casas de empeño; mientras que las uniones de crédito descendieron de 10 en 2009 a cinco en el 2014.

No obstante, hay diferentes razones sociales bajos las que se pueden constituir empresas prestamistas. Además de las mencionadas  se encuentran las arrendadoras financieras, las sociedades financieras de objeto limitado, compañías de autofinanciamiento, y las compañías de servicios relacionados con la intermediación crediticia no bursátil.

da/i