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Maquinaria: se les cae el teatro

Se le comienza a caer al gobierno de Enrique Alfaro Ramírez el teatro montado para la licitación del programa A Toda Máquina.

Pese a que Alfaro Ramírez calificó de “mentiras” la investigación realizada y publicada por NTR Guadalajara sobre la irregular licitación y cuestionada adjudicación del arrendamiento de maquinaria dentro del programa A Toda Máquina, a favor de su amigo el empresario Guillermo Romo Romero, quien lo acompañó en primera fila al juego de basquetbol de los Lakers, la Contraloría del Estado concluyó que no hubo mentiras en lo publicado por este periódico.

Alfaro Ramírez declaró el 2 de abril a los reporteros que lo entrevistaron: “… despreocúpense, no hay nada que esconder”; dos días después, cuando anunció que había instruido a la Contraloría que revisara el cuestionado proceso de licitación, reiteró: “Que todo mundo esté tranquilo, no va a haber nada qué buscarle a la licitación…”.

Resulta que la Contraloría estatal tenía otros datos y dio la primera estocada a la millonaria licitación alfarista al encontrar una serie de faltas administrativas –se presume que serán calificadas de graves– cuyos responsables son tres funcionarios de la Secretaría de Administración que preside Esteban Petersen, quien extrañamente no firmó el resolutivo de adjudicación, no obstante el monto de la licitación.

Aunque no entró al fondo del asunto, pues como lo declaró el diputado panista Jesús Hurtado, “quién va a juzgar a su jefe de esta manera”, ya que “tratándose del gobernador cualquiera se pone nervioso y éste puede ser el caso”, la Contraloría desmintió a su jefe el mandatario estatal y reveló que resultado de su investigación se encontró “falta de eficiencia administrativa, negligencia y descuido a los principios elementales que rigen el servicio público…”.

La pregunta obligada es: ¿“La falta de eficiencia administrativa, negligencia y descuido de los principios elementales que rigen el servicio público” fue por incapacidad de los funcionarios responsables –y habría que cuestionar por qué laboran ahí entonces– o se incurrió en ello deliberadamente para dar paso a una licitación a modo y beneficiar a quien se quería beneficiar? ¿Fue éste el motivo, acaso, por el que Esteban Petersen se negó a firmar la adjudicación?

La Contraloría no quiso entrar al fondo del asunto, quizás por el acuerdo del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción que sujetó a los integrantes a revisar “en el ámbito de sus respectivas competencias (…) los procesos inherentes y consecuentes” a la cuestionada licitación de A Toda Máquina, pero su resolución deja mucho que desear y un amargo sabor de boca a la ciudadanía que una vez más advierte que mientras esta dependencia siga sujeta al mando del titular del Ejecutivo continuará actuando a las órdenes y gusto de su jefe.

Sin embargo, lo dado a conocer demuestra que NTR Guadalajara no mintió, como lo declaró Alfaro Ramírez; que contra lo dicho por el mandatario, sí había que buscarle a la licitación porque se encontraron, en primera instancia, irregularidades administrativas; y que pese a lo que dijo el gobernador, sí había algo escondido en dicha licitación: una serie de faltas administrativas.

Aunque aún queda pendiente conocer la gravedad de dichas faltas, el nombre de los responsables y su sanción, ahora el balón está en la cancha de la fiscalía anticorrupción que debe de realizar una investigación a fondo y seria, demostrar que no le tiemblan las corvas, que no fue creada para darle gusto al gobernador y que su compromiso realmente es combatir la corrupción y responderle positivamente a la ciudadanía.

A esta licitación y adjudicación del programa A Toda Máquina aún hay que buscarle, pues tiene mucho ahí escondido. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I