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Las redes sociales y sus retos

La tecnología al día de hoy abre puertas de comunicación e interacción de largo aliento. Lo que hace no tanto tiempo parecía utopía se ha convertido en realidades al alcance de la mano. Las redes sociales son una de las manifestaciones más frecuentes de lo lejos que han llegado los nuevos avances en materia de interacción virtual.

Las redes sociales han conectado a las personas como nunca antes ningún medio lo había hecho. Y eso es un aspecto muy positivo. En Facebook nos hemos reencontrado con viejos amigos, compañeros de estudio o de trabajo. Con Twitter hemos conocido gente con nuestros mismos intereses, nos mantenemos al día de la actualidad de una forma dinámica e instantánea. Con LinkedIn hemos ido ampliando en muchas ocasiones nuestras posibilidades profesionales.

No obstante, el uso inmaduro o inapropiado que se les pueda dar puede desembocar en consecuencias realmente perjudiciales en muchos sentidos.

El mensaje del papa Francisco a la 53ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra en junio, es una invitación a reflexionar sobre el fundamento y la importancia de nuestro estar-en-relación y a redescubrir, en los desafíos del contexto comunicativo actual, el deseo del hombre que no quiere permanecer en su propia soledad.

Por muchos avances que tengamos en la actualidad es importante hacer un uso responsable de ellos. Y, sobre todo, que como usuarios podamos tener el grado de conocimiento y educación necesario para sacar un provecho sano y enriquecedor de las redes sociales.

El Internet es un lugar que permite acceder al saber, pero también un espacio que nos expone a la desinformación, a la distorsión de hechos y a la distorsión de las relaciones interpersonales.

Así, las redes sociales “sirven para que estemos más en contacto, nos encontremos y ayudemos los unos a los otros; pero por otro lado, se prestan también a un uso manipulador de los datos personales con la finalidad de obtener ventajas políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona”.

Para los sociólogos, “la red puede también potenciar nuestro autoaislamiento, como una telaraña que atrapa”, y para el papa Francisco el auténtico camino de humanización va desde el individuo que percibe al otro como rival hasta la persona que lo reconoce como compañero de viaje.

El estudio de 2019, sobre los Medios de comunicación en la iglesia de México, en relación con el Internet arrojó resultados interesantes y de largo aliento que obligan a la reflexión.

El 100 por ciento de las diócesis de México consultadas cuentan con algún tipo de red social. La más utilizada para la comunicación institucional es Facebook. Las diócesis, obispos, parroquias, sacerdotes, seglares, grupos parroquiales y agentes de pastoral, utilizan esta red social para crear comunidades.

Con 93 por ciento de adopción, la segunda red social más utilizada es WhatsApp, pues ayuda a la comunicación interna a través de grupos de obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas, seglares y movimientos parroquiales. En promedio, 50 por ciento de las diócesis cuenta con perfiles institucionales en Twitter e Instagram.

La red social que necesitamos no es para atrapar, sino para liberar, para custodiar una relación de personas libres. La comunidad es una red tejida por las creencias, los valores y las personas, en la que la unión no se funda sobre los likes, sino sobre la verdad, sobre el compromiso con el que cada uno se adhiere a la comunidad y a la sociedad acogiendo a los demás.

oceanoazul@live,com,mx

JJ/I