La compu o la expo Del Toro

Con la novedad de que estaba pensando cómo describir lo que he pensado sobre En casa con mis monstruos, la exposición de Guillermo del Toro en el Musa, y justo entonces llegaron a la oficina computadoras nuevas para todos, menos para mí, y comprendí los piensos al atestiguar cómo mis compañeros desenvolvían con emoción y algarabía sus nuevas Macs.

Para la muestra que reúne 953 maravillosas piezas coleccionadas por el cineasta se mandó hacer una gran estructura por el Andador Escorza, se pidieron en préstamo algunas obras pertenecientes a seis museos en México, 42 coleccionistas, y hasta se rentaron baños públicos. Ayer fui a ver la exposición y me sorprendió la calidad de la exhibición, pero más, los ánimos de quienes la visitan: fanáticos del cine, del terror, el esoterismo y el suspenso, de Guillermo del Toro o incluso de la generosidad del artista (lo que se recaude se utilizará en Animéxico y El taller del Chucho para apoyar a jóvenes animadores, sin olvidar el gesto con los chicos que van a las Olimpiadas de Matemáticas, etcétera).

Sí. Una exposición muy bien facturada, organizada y difundida que rinde tributo de dos maneras: de Guadalajara a uno de los grandes cineastas que ha dado la ciudad al mundo, y de Guillermo del Toro a Guadalajara.

Sí. Me gustó. Pero ya ven cómo es uno y luego llegan las computadoras nuevas a todos menos a mí y es que estoy muy contenta porque mis compañeros estrenaron y quiero mucho a mi vieja máquina y todavía funciona, y respeto el esfuerzo que muchos museos, curadores, gestores e instituciones hacen ya, pero no dejo de pensar que ojalá algún día me traigan una compu nueva, como espero que las tantas exposiciones que nos faltan, las retrospectivas o grandes individuales por las que suspiramos, esa de María Izquierdo, Irma Naranjo, El Taller de Investigación Visual, Antonio Ramírez, Lara Gallardo o la que usted espera, esa, se produzca algún día en Guadalajara de la misma manera, con el mismo presupuesto, entusiasmo y desde aquí para todos lados y no al revés, como esperando que algún día la organice Bellas Artes y luego nos las manden ya medio desvensijadas. Sí pues, es un poco de envidia por el esfuerzo que, ya se demostró, es posible.

@doloresgarnica

JJ/I