INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Elecciones 2019

En las pasadas elecciones estuvieron en juego dos gubernaturas, 60 ayuntamientos y 86 diputaciones, 54 de mayoría y 32 de representación proporcional. Las elecciones a gobernador se realizaron en Baja California y Puebla, en donde sorprendió el triunfo de Morena, que arrebató al PAN esas dos entidades. El estado de Baja California llevaba ya 30 años de ser gobernado por Acción Nacional. Pese a las victorias obtenidas en Baja California y Puebla, las alertas del abstencionismo se mantienen encendidas, ya que sólo 33.41 por ciento de los electores acudió a las urnas en Puebla y 29 lo hicieron en Baja California. Es fácil comprender que en estados donde no se jugaron gubernaturas, el abstencionismo alcanzara mayores porcentajes.

A menos de cinco años de su registro, Morena suma ya siete gubernaturas. En 2018, Morena desplazó al PRD en la Ciudad de México, Morelos y Tabasco; al PAN en Veracruz y al Partido Verde en Chiapas. Además, logró mayoría en 20 congresos locales. Este ascenso vertiginoso podemos explicarlo en buena parte como un efecto del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, líder indiscutible del partido y hoy presidente de la República.

En el Congreso de la Unión, el Movimiento Regeneración Nacional tiene ventaja pues cuenta con mayoría en las dos cámaras: 258 de 500 diputados federales y, en el Senado, es la fracción parlamentaria que con 55 tiene más senadores de un total de 128.

Con esas ventajas, el presidente de la República tiene posibilidades de sacar adelante iniciativas, proyectos estratégicos que sin mayoría en el Congreso sería impensable tan sólo el proponerlos y menos aquellos que requieren promover reformas constitucionales. Por otra parte, de no aprovechar esas ventajas, en las próximas elecciones federales los electores pasarían la factura a los candidatos de esa fuerza emergente, como ya lo hicieron con los partidos tradicionales en donde PAN, PRI y PRD han desencantado a los electores.  De ahí que los avances consistentes en las propuestas, una gestión en gobiernos locales que realmente haga sentir la diferencia respecto de los resultados que se esperan en torno a la seguridad, la consolidación de reformas como la educativa, la atención a regiones y sectores marginados, son una exigencia de los ciudadanos al gobierno de la república, a sus gobiernos locales y representantes en los Congresos.

Por su parte los partidos políticos deberán replantearse sus estrategias, pues los resultados electorales recientes muestran que ni representan los intereses de los electores, ni sus plataformas responden de manera convincente a las necesidades de sus potenciales electores y que quienes llegan a los gobiernos o a puestos de representación popular gozan de poca legitimidad ante la ciudadanía.

Obviamente, en donde no hubo elecciones, las fuerzas políticas que han llegado al gobierno, como puede ser el caso de Movimiento Ciudadano en Jalisco, también han de convencer con base en su desempeño, tanto en el gobierno estatal como en los gobiernos municipales, que están respondiendo a las expectativas que generaron entre los ciudadanos, después de que el PAN y el PRI desperdiciaran la oportunidad de mostrar que la alternancia en el poder significaba una alternativa de gobierno, una nueva etapa de interacción entre ciudadanos, gobierno y representantes populares en torno a un proyecto claro para Jalisco, muy por encima de luchas de poder entre grupos y partidos que sólo se representan a sí mismos, pero no a los ciudadanos que los llevaron al gobierno. El desafío se mantiene para Jalisco.

[email protected]

JJ/I