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Prevenir el abuso sexual en la niñez

Según instancias internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en violencia infantil, incluyéndose la violencia física, el abuso sexual y el homicidio; además, se estima que 62% de las niñas y niños en  han sufrido algún tipo de maltrato.

A continuación, comparto algunas pautas de crianza que resultan útiles para disminuir el riesgo de que un niño o niña sufra abuso sexual.

Ser amoroso. Un niño que se siente amado no responde con facilidad a la manipulación de un abusador ya que no necesita atención y afecto porque ya lo tiene en casa.

Creer SIEMPRE en su palabra. Los niños no mienten cuando manifiestan haber sido abusados, en ocasiones no se les cree porque el abusador es un familiar o persona cercana, sin embargo, debemos creerle siempre.

Tratarlo SIEMPRE con respeto. En una crianza en donde se disciplina con violencia (insultos, gritos, golpes) enseña que los demás pueden violentarlo, pero si se les trata con respeto serán capaces de identificar inmediatamente cuando está siendo vulnerado.

Educación sexual. En función de su nivel de comprensión, enseñarle a nombrar las partes del cuerpo, mostrarle cuales no deben ser tocadas por NADIE, incluidos los padres, hablar sin tabúes sobre sexualidad y explicarle que si alguien lo toca debe informarlo inmediatamente.

Respetar su autonomía. Permitir que los niños decidan la forma en que se relacionan con los demás, no obligarlos a tener contactos no deseados, no permitir que los adultos los toquen sin su autorización, esto implica sentarlos sobre sus piernas, abrazarlos o besarlos, es decir, cualquier acercamiento físico sin su consentimiento.

Hablar de violencia con claridad. Explicar que hay adultos e incluso niños que pueden dañarlo, enseñarle la diferencia entre una muestra de afecto y una caricia sexual.

Ofrecer seguridad. El niño debe sentirse protegido, debe ser atendido, visto, escuchado, debe sentir confianza para hablar sin ser juzgado, que se validen sus emociones, que sienta que cuenta con una figura protectora en caso de sentirse en peligro.

Ejercer una paternidad responsable implica salvaguardar a nuestras niñas y niños. Dejemos de decir que México es un país de infantes abusados sexualmente como si fuera una característica por añadidura; en cambio, digamos que México es el país de la pederastia y es nuestra obligación actuar para prevenir.

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da/i