Universidad obligatoria

La educación superior en México será obligatoria, gratuita e incluyente en acuerdo a la reforma del artículo tercero constitucional que avanza de la Cámara de Diputados al Senado tras la consulta de maestros, directivos, rectores, sindicatos e incluso padres de familia.

Se gesta ya la ley que permita la autonomía universitaria manteniendo la rectoría del Estado en términos administrativos y educativos con procesos de mejora continua y un fuerte enfoque hacia la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento, la multiculturalidad, el bilingüismo y la inclusión en toda la nación.

No ha sido fácil obtener el consenso, especialmente en los derechos laborales de los maestros que entre asignación de plazas, otorgamiento de nombramientos y evaluaciones se han llevado muchas horas de debate.

Es urgente aumentar la cobertura nacional que debe llegar al menos en los próximos 5 años a 60 por ciento, especialmente en zonas rezagadas como es el sureste, implementando la educación dual donde los centros de estudio estén ligados a los de trabajo, donde la investigación se observe como lo ordinario porque la innovación y los prototipos surgirán de una creatividad indagatoria y de ahí surgirán las patentes y el emprendimiento. No podemos entender una educación superior sin maestros y alumnos bilingües inmersos en la interculturalidad.

La inversión en educación superior debe ser transparente para lograr recursos eficientes que lleguen al aula. La formación de docentes universitarios especialmente en áreas tecnológicas y científicas debe atenderse si realmente queremos una educación que compita mundialmente.

Actualmente existen 4.5 millones de estudiantes universitarios en 3 mil instituciones de educación superior con más de 30 mil programas educativos con una cobertura de 38 por ciento, lo que significa que seis jóvenes en edad universitaria no se preparan y el problema radica precisamente en la deserción escolar.

La escuela ha dejado de ser de interés para muchos estudiantes debido a que encuentran ambientes hostiles, tienen problema de aprendizaje y reprobación, trastornos emocionales, situación económica difícil.

La deserción en primaria es de 0.5 por ciento, en la secundaria de 4 por ciento, secundaria, 6 por ciento, y en bachillerato de 12 por ciento.

@Saucedodlallata

JJ/I