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La mirada abierta para la escritura

Constante. La disciplina, junto con seguir el instinto creativo, son parte de la fórmula de trabajo para el autor capitalino adoptado tapatío. (Foto: Mónika Pérez Neufeld)

El trabajo de Jorge Fábregas a nivel local y nacional es uno de los más referenciados en el escenario. Además de las obras que destacan por sus personajes entrañables y francos, el escritor tapatío trabaja en otras narrativas de diferentes alcances donde persigue el mismo objetivo: mirar al ser humano en todos sus matices y contradicciones y reflexionar así sobre los caminos que toma.

En este momento, Fábregas regresó a las obras de teatro después de dos años enteros dedicado a la escritura de una nueva novela, mientras su obra Viaje de tres está tomando los pasos adecuados para irse a la pantalla grande. Otras de sus obras acaban de comenzar temporadas en los teatros locales.

Este fin de semana comenzará un taller de escritura en el que compartirá parte del aprendizaje que ha adquirido con el trabajo que implica escribir y escribir para intentar comprender mejor el mundo en el que vivimos.

NTR. ¿Cómo conviertes una inquietud en una novela o en una obra de teatro?

Jorge Fábregas (JF). Por lo menos en mi proceso creativo se acumulan las historias, sigo mucho el consejo de Edmundo Valadés, junto con papelitos durante un lapso de tiempo sobre un tema en particular que flotan por todos lados hasta que no es posible contenerlos más. Ahora se han acumulado bastante y ya tengo que escribir, ya siento hasta orgánico cuando es hora de sentarse frente al teclado. No es un asunto de planear un proyecto ni del interés editorial porque termine una obra, sino con una necesidad muy íntima, cuando pasa eso no puedo más que escribir. Es hasta desorganizado, pocas veces planeado, tiene que ver con lo que siento y con el tiempo que tengo para escribir.

NTR. ¿De qué va la novela que recién terminaste?

JF. Es una obra más o menos autobiográfica, cuenta el desarrollo de la vida de una persona que acaba de cumplir 50 años y que tenía que hacer una inspección de sí mismo. No es tan biográfica porque sería sumamente aburrida, tiene que ver con la búsqueda que cada persona hace en su vida. Ahora que pasó el asunto de los cargos que se le imputan al líder de la Luz del Mundo, por ejemplo, ese proceso en el que alguien más puede sentirse desorientado, una persona puede dedicar toda su vida a una creencia hasta que de pronto se encuentra con algo que contradice todo en lo que se asentó, va en ese sentido. Podemos seguir un camino y luego otro en cada etapa de nuestras vidas, y hay siempre un momento en el que uno reflexiona sobre ese camino y piensa que a lo mejor se equivocó, aunque en el momento pareció que estaba en lo correcto. Parece que es el timing, pero la escribí en otro tiempo… eso pasa con las historias, cobran sentidos a veces terribles en momentos clave.

NTR. ¿Cómo fue escribir de esta manera tan cercana a la autobiografía?

JF.  Tomo momentos de mi infancia muy claros y ciertos y a partir de eso el camino del personaje va construyendo su propia historia, cuando alguien me pregunta recomiendo siempre que escribas de lo que sabes, así que recorrí muchos lugares que conozco, ahí surgen muchas de las preguntas y necesidades clave que dan la pauta, ese es el proceso de creación, un desarrollo continuo de acuerdo con la historia.

NTR. En algunas de tus más recientes obras el tema social es abordado desde un punto de vista crítico, hablas de contextos sociales, políticos, incluso antropológicos, ¿por qué consideras importante retratar ese contexto?

JF. Probablemente hace unos años esto se consideraría panfletario, pasaba en los 70 y 80s cuando estábamos hasta la madre de panfletos porque sólo se hablaba desde el bloque comunista o capitalista, de pronto salían obras de grandes escritores como Neruda alabando desafortunadamente a personajes como Stalin. Era un asunto en el que había que trasladar lo social, político, de ideología y de dogma a las obras. Después de eso cualquier situación social parecía un panfleto y se dejó de escribir por un tiempo. Hoy por nuestra realidad casi es obligatorio escribir sobre lo que estamos viviendo, es que cambian las cosas, hay que mezclar la búsqueda estética con el entorno en el que vivimos. El punto está en no ir demasiado a un solo lado, pero sí creo que es importante.

NTR. ¿Es un hábito que viene de tu labor como periodista?

JF. Sí, creo en el periodismo crítico y creo en una obra crítica, no sólo social, si es una crítica al asunto de las relaciones humanas, también está criticando. Creo en las obras críticas, no creo ni me interesa ni me gusta una obra que sea tolerante con el sistema o con la injusticia o que recurra a viejas fórmulas de los buenos y felices años. No me interesa ni escribirlas ni verlas. Creo que hay espectadores de todo tipo. No me gustan las fórmulas ni los chistes fáciles y no me gusta simplificar la historia para ir directo al mensaje. Por ejemplo Rana!, muchos la tacharon como una obra complicada que no se entendía y que era un experimento en cuanto a la escritura, sin embargo hay muchas personas a las que les gusta más que Viaje de tres: son los lectores-espectadores adecuados para cada obra y eso me parece una maravilla, en la medida en que sea más amplia más llegará al gran público, pero esas obras son en general historias de Televisa que no llegan mucho más lejos a nivel de profundidad. Y a mí me importa que sean profundas.

NTR. ¿Qué buscas a la hora de crear un personaje cuando se trata de ficción?

JF. De entrada que sea creíble, un personaje real que tenga una propia historia y un propio horizonte, el personaje tiene un pensamiento propio y como nosotros puede ser muy contradictorio. Un personaje que fue tímido toda su vida puede convertirse en un héroe y eso existe, claro que existe… en Viaje de tres hablamos del límite de una persona que saca el valor en sus últimos meses de vida. Es una historia del cuidador y el familiar que se enfrenta ante sus propios miedos, pero ahí está. Esa historia la viví en carne propia y por eso me parece la verdadera naturaleza de las personas, que en situaciones extremas prueban sus fortalezas. La vida es así, no podemos hablar de personajes de una sola cara, la vida nos muestra que no es posible.

NTR. ¿Cuál es la clave para observar realmente al otro?

JF. Tener la mirada abierta. La mirada distinta. Cualquier persona se puede convertir en un personaje si observamos bien. Nunca será igual a él, porque siempre está tamizado por esa mirada del otro. Es la materia prima.

Participa

Jorge Fábregas impartirá un taller para escribir novela y cuento, especialmente dedicado al público infantil y juvenil, los sábados del 15 al 29 de junio y del 6 al 20 de julio en sesiones de dos horas. El precio es de $1,300 general y $1,000 para estudiantes. Será impartido en la Librería La Pasajera. Los informes e inscripciones pueden hacerse a través del número 33 1709 0294 o al Facebook Arandela: Talleres Literarios

JJ/I