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Transformar la ‘5 de Ratero’

Casi cada año realiza al menos un operativo de autopartes en la zona de Analco, San Carlos y Las Conchas la Fiscalía Estatal acompañada de la Policía Estatal, la de Guadalajara y también ha participado personal militar alguna vez.

En un par de ocasiones los aseguramientos han sido tan cuantiosos que abren agencias ministeriales provisionales en centros de devolución de piezas en bodegas de la Zona Industrial.

De mayo de 2013 a noviembre de 2014 hubo una serie de operativos que acumularon más de 46 mil partes automotrices incautadas por la entonces Fiscalía General del Estado. Sin embargo, hasta ese momento las devoluciones a usuarios que acreditaron la propiedad fueron de sólo 8 por ciento.

No había existido quizás un operativo con tantas piezas recuperadas desde entonces hasta este junio, con la incautación de 13 mil 808 computadoras de vehículos encontradas durante la ejecución de una orden de cateo.

Llegó a ocurrir entre 2013 y 2014 que acudían a reclamar piezas automotrices denunciantes que incluso habían sufrido el robo después de los aseguramientos o que sólo iban a revisar si encontraban una pieza que se pareciera a la suya y no tuviera número de serie para llevársela, chicle y pega. Raros fueron los casos en que lo lograran.

En este caso, con las computadoras, será difícil que ello ocurra porque los números seriales inscritos en la máquina necesariamente han de corresponder a un solo vehículo. Ya veremos si la respuesta de los denunciantes a la convocatoria de devoluciones es numerosa o no.

Los operativos como el realizado en busca de autopartes robadas están enfocados en “piezas de dudosa procedencia”, como en ocasiones les llaman o también mercancía de la que no se pudo acreditar su legal propiedad. Y claro que debilitan a quienes se dedican al robo de esos productos, pero también a los que hacen comercio lícito en la zona.

Conocida como la 5 de Ratero, el polígono delimitado más o menos por calzada del Ejército, calzada Jesús González Gallo, avenida Doctor R. Michel y la calle Fray Bartolomé de las Casas, tiene como ejes comerciales la avenida 5 de Febrero y la calle Los Ángeles. Las cuadras aledañas están llenas de bodegas y casas que funcionan como tales, donde frecuentemente se dan los operativos.

Debe haber allí millones de refacciones almacenadas para su venta.

Los comerciantes aseguran que la mayoría de los participantes en el gremio venden piezas lícitas, algunas compradas por lotes traídos de otros estados como Colima, Aguascalientes e incluso Nuevo León, o también adquiridas en subastas de vehículos destinados al deshuesadero, por lo cual no tienen facturas que puedan identificar a cada una de ellas.

Aun cuando hay comerciantes legítimos, la mayoría de la gente tiene en mente que ahí se vende robado. Sabiendo la real probabilidad de que la mercancía tenga su origen en el robo, un cliente común se enfrenta al dilema de comprarla original en las agencias a un precio exorbitante o ahorrarse una buena lana buscando allí. Y no sólo de marcas baratas, sino también de vehículos de lujo. A ese lugar de Guadalajara vienen clientes del occidente del país en busca de sus refacciones.

Siendo una zona con tal auge comercial y con tantos problemas de delincuencia, también es una oportunidad abierta para que el gobierno busque la legitimación de los comerciantes y ayude a transformar la imagen criminal que de ella tiene la sociedad. Ello implica, claro, abatir el delito, pero también apoyar a quienes trabajan dentro de la ley para que continúen así.

De lo contrario, el problema seguirá con operativos relumbrones cada año, con aseguramientos que a nadie aprovechan y con unas cuantas detenciones que luego se caen en los juzgados.

@levario_j

JJ/I