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Quinto Patio

Tras los cuatro mortales ataques de parte de grupos armados pertenecientes a la delincuencia muy organizada, la Fiscalía del Estado de Jalisco guardó silencio en las redes sociales. Al menos en su cuenta tuitera no dio a conocer ningún avance ni seguimiento, pese a la gravedad de los hechos violentos en Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga. No es cualquier cosa, vaya, el asesinato de policías, las lesiones de otros, las muertes de presuntos hampones, las heridas a civiles y las detenciones realizadas. Se trató de una acción coordinada de delincuentes que dieron una muestra de su poderío, en la que además segar vidas, colocaron en riesgo a cientos de familias.

Del “te pedimos estar atento a todas las redes sociales y canales oficiales del Gobierno de Jalisco para conocer el estado real de la situación. Evita difundir rumores o información falsa”, como se escribió en la cuenta tuitera de este viernes, ayer se pasó al pareciera aquí no pasó nada. El sábado pasado se asesinó a un policía de Guadalajara mientras custodiaba a una mujer, y que ahora se sumen dos elementos de la Fiscalía del Estado más seis agentes heridos y dos presuntos delincuentes muertos, no es como para dejar a la opinión pública sin información.

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La contabilidad de policías de Jalisco asesinados va al alza. Con los crímenes de ayer cometidos por un grupo delictivo son 14 los que van en el año. Es mucho más que una cifra luego de que involucra el sufrimiento de los caídos y de sus familias, alarma a la población metropolitana que de por sí no se siente segura y exhibe cómo las autoridades están rebasadas.

Está por concluir el primer semestre del año y no pueden con la inseguridad. No han podido contener a los criminales y el costo ha sido en vidas, en nerviosismo, en desconfianza en la capacidad gubernamental de asumir su responsabilidad de garantizar la paz pública. La zozobra por lo que sucede está haciendo mella.

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Como si fuera una burla, justo el mismo día en que se desató el infierno en Guadalajara con las balaceras, se informaba de la aparición de restos humanos en bolsas halladas en Tlaquepaque. El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses dio cuenta de 14 cuerpos en el cruce de Prolongación Colón y Camino Real, en las colonias La Tijera y Santa María. Amontonadas, en la vía pública, en camino de terracería, abandonaron los cadáveres apilados.

¿Se quiere otra evidencia de cómo la delincuencia no se intimida? ¿De cómo opera dejando sus rastros de sangre y muerte? ¿De cómo las autoridades hasta ahora no han podido frenar la violencia?

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Que los pueblos originarios y las comunidades indígenas de la entidad tienen un espacio para identificar y atender sus problemas mediante la construcción de una agenda de desarrollo, luego de que la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana estableció una mesa de gobernanza en las instalaciones del Ayuntamiento de Tonalá. Se invitó a indígenas de las zonas norte, sur, centro y área metropolitana de Guadalajara.

Pues bien, la titular de la secretaría, Margarita Sierra, dijo que en la mesa se podrán discutir los problemas y buscar soluciones. Que se definió la agenda de desarrollo, “alejada de la visión paternalista: los pueblos originarios y comunidades indígenas son sujetos de derechos y estamos en la ruta de construir un estado donde quepamos todas y todos”. Son taaaantos los problemas de las comunidades indígenas en Jalisco, como sucede con las tierras que disputan los wixárikas a los ganaderos de Nayarit, que esta vecindad no sabe si confiar desconfiando, desconfiando confiar o de plano desconfiar en que habrá resultados.

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da/i