INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

El reflejo que (casi) no miramos (Parte 2)

¿Por qué poner atención a las películas nominadas y premiadas en la 61ª ceremonia de los Arieles?

Históricamente desde que las primeras cámaras de cine llegaran a filmar a nuestro país, se encontraron con creadores que vieron en él, formas plásticas para representar, crear, reformar y enriquecer las culturas populares, para permitirnos acceder a otros lugares de nuestro vasto e infinito país, para documentar los momentos históricos que acaecían frente a ellos y que abrían a los espectadores, oportunidades únicas de comprendernos desde este maravilloso lenguaje.

Claro que el cine es entretenimiento, sin embargo aquí, en un lugar en que pasa de todo, en el que su conformación social es tan abigarrada y compleja, tan desigual e injusta, es natural que el arte –no sólo el cine- sea parte de la ventana para mostrar tanto la belleza como la infamia que hemos  vivido y seguimos viviendo, desde una perspectiva crítica.

Por ello es que el cine que hacemos está plagado de relatos complejos, historias que buscan que el espectador sienta, reflexione, piense, encuentre empatía con sus personajes y situaciones, sin comprometer un ápice la calidad técnica y estética de las películas, creando con ellas, pequeños capítulos de una “historiografía” cinematográfica mexicana.

Las películas que participaron, ya sean nominadas o ganadoras del Ariel –incluyendo la gran ganadora de la noche Roma- son extractos de nuestras vidas que nos recuerdan quiénes y cómo somos, pero que también nos dan tiempo para sonreír y recordar tiempos pasados o historias que se habían guardado en la caja fuerte de los recuerdos, y en los mejores casos, incluso provocar reacciones públicas por actos gubernamentales atroces, o cambiar legislaciones, conocer personajes invisibles, o entrar en mundos de magia pura; por eso y más, éste, nuestro cine, que afuera es alabado por su calidad y sus autores, grandes representantes de México, vale la pena verlo, vale la pena verlo más.

Quizá estemos cansados de ver miseria, de escuchar de injusticias y un largo etcétera de situaciones que se ven en las películas mexicanas, sin embargo, ese es también nuestro país, hay que verlo de frente, ahí el cine es y ha sido, un gran aliado para comprender nuestro reflejo, uno que a veces no nos gusta ver, pero del que todos somos parte, como villanos o como héroes, pero parte al fin y al cabo.

[email protected]

JJ/I