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Alfarismo: se viene a pique

El espectáculo que ayer ofrecieron los alcaldes emecistas de Tlaquepaque, María Elena Limón García, y el de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, evidenciando sus diferencias en torno a la creación del organismo público descentralizado de la policía metropolitana, en el que la primera le endosó al segundo el señalamiento de “soberano mentiroso”, no es sino el reflejo de la descomposición del grupo gobernante del partido Movimiento Ciudadano.

A esto se le suman diferencias entre el presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro Castro, con el coordinador de la bancada alfarista en el Congreso del Estado, Salvador Caro Cabrera, de quien dicen que ha hecho mancuerna con el munícipe zapopano Lemus Navarro.

Pero no sólo eso, sino que ya trascendió la ausencia del propio Ismael del Toro y su equipo a la asamblea estatal del partido Movimiento Ciudadano celebrada hace algunos domingos atrás, día en que él convocó a todos sus colaboradores para hacer un análisis de la situación política del grupo frente al panorama que enfrenta el alfarismo y el propio partido en la actualidad.

Y si a esto le sumamos la ausencia de uno de los pilares de esta corriente, el senador y dirigente nacional de MC, Clemente Castañeda, el escenario político para el proyecto del gobernador Enrique Alfaro Ramírez es más que complicado, sin contar con los problemas que desde hace meses carga como gobernante –particularmente el señalamiento de la irregular licitación del programa A Toda Máquina- y los frentes que se le han abierto como es el reciente incremento a la tarifa del transporte público.

¿Qué necesidad había de que Lemus Navarro hablara a nombre de la alcaldesa Limón García y revelara la razón que ella le habría dado para oponerse a la firma del convenio para crear el OPD policía metropolitana, haya sido cierto o no lo que dijo? Si Limón García ya había declarado a los medios de comunicación que su oposición fue porque no conocía el convenio y consideraba que no favorecía a su corporación, ¿por qué Jesús Pablo decidió ventanearla públicamente a través de una entrevista radiofónica para decir que ella le confesó que su oposición era por motivos personales?

Si el propósito del munícipe zapopano era hacer quedar mal a la alcaldesa tlaquepaquense, el que salió trasquilado fue él, ya que Limón García lo tachó de “soberano mentiroso” y le exigió que “tenga de verdad bien puestos los pantalones”. Aquí la pregunta que queda es: ¿ayuda o perjudica al gobernador Alfaro Ramírez, en medio del torbellino social que generó aumentar la tarifa del Tren Ligero, Macrobús y Sitren desde el sábado pasado, el desaguisado radiofónico que generó Jesús Pablo Lemus? ¿El alcalde zapopano actuó por iniciativa propia o bajo instrucciones recibidas? ¿Cuál fue el verdadero propósito de sus declaraciones?

A lo anterior, súmenle las versiones de que Jesús Pablo Lemus anda coqueteando con otros partidos para continuar su carrera política ante el declive de MC.

Por otro lado, ¿por qué el alcalde Ismael del Toro desestimó asistir a la asamblea estatal de su partido Movimiento Ciudadano y llevó a cabo su propia reunión política el mismo día? ¿A qué se debe el rompimiento que mantiene con el diputado Caro Cabrera? ¿Se mantiene como el hombre de todas las confianzas políticas del gobernador? Se asegura que Alfaro aún le encomienda algunas tareas de operación política, pero ante la gran cantidad de problemas políticos y sociales que enfrenta el alfarismo, se desconoce qué tareas son y cuáles sus resultados.

Hoy no hay quien ponga orden en el alfarismo como corriente política, aunque ya vemos que a nivel de gobierno tampoco nadie es capaz de moverse si no es con la anuencia de su jefe político, como quedó demostrado con el tema de la tarifa del transporte público.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

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JJ/I