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Quinto Patio

El gobierno de Jalisco enfrenta una crisis de vulnerabilidad: asesinan, hieren y atentan contra funcionarios estatales, sin que se salven servidores municipales. Y muuuuucho menos los ciudadanos, los más vul-ne-ra-bles. Hasta ahora han caído 16 policías en lo que va de esta administración, más el fiscal regional Gonzalo Huitrón y el comisario de Seguridad Pública de Tepatitlán, Arturo Gómez Vargas, asesinado ayer con su escolta Juan Manuel Hernández Galván.

Un día crítico de agresiones ocurrió el 21 de junio en Jardines del Edén, en Tlajomulco, donde dos policías investigadores fueron abatidos. Ahora que, si valoramos los ataques por la jerarquía de la víctima, el reciente asesinato del fiscal regional y un agente es la embestida más grave. Era el 02. Desde entonces los funcionarios de la Fiscalía no salen tanto en medios; saben que son un posible blanco.

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La violencia no concluyó el jueves con el tiroteo, muertos y heridos por Plaza Galerías. Ahora también atacaron a un funcionario del Poder Judicial: el juez civil de Chapala Melchor Augusto Gómez Córdova fue baleado cuando circulaba en su vehículo por el Macrolibramento, a la altura de Tonalá. Logró sobrevivir. Se desconocen los motivos, aunque se habla de una posible venganza por su actividad judicial. El Supremo Tribunal de Justicia del Estado condenó “enérgicamente” el atentado y reportó estable al juez.

En medio de esa crisis, ayer se reunió Enrique Alfaro en la Ciudad de México con el gabinete nacional de seguridad. El gobierno estatal informó que el gobierno federal respalda de manera “sólida” y “contundente” la creación de la Policía metropolitana. A su vez, el Municipio de Juanacatlán finalmente sesionó ayer y aprobó adherirse al convenio de dicha corporación. Sólo resta que Tlaquepaque dé su brazo a torcer… digo, que diga que sí. Y eso como que no será fast track. Tlaquepaque va pian pianito. Despacito que lleva prisita.

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El gobierno de Enrique Alfaro está decidido a ganar el debate por el tema del agua suscitado en el proyecto de El Zapotillo. Convencido de que realmente redimió a los alteños y a los tapatíos con su acuerdo con Guanajuato, el mandatario de la autodenominada refundación instruye a sus áreas de comunicación para que repartan propaganda, donde presuntamente se demuestra que si no fuera por Alfaro, Jalisco habría sido acuchillado por Francisco Ramírez Acuña, Emilio González y Aristóteles Sandoval.

Claro, no tiene que decirlo de ese modo, pero su estilo de culpar al pasado por tooooodos los males no deja la menor duda sobre su intención de legitimarse a costa de sus antecesores. Tampoco aborda alguna autocrítica sobre cómo dio la espalda a sus aliados electorales, justamente los opositores a la presa El Zapotillo, pero descaradamente incurre en una abierta mentira cuando se atreve a asegurar que los anteriores gobiernos entregaron casi todo el río Verde a Guanajuato. Eso es por lo menos mala fe.

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Expliquémoslo: la realidad es que el convenio de 2005 era solamente sobre la obra de El Zapotillo, pues entonces no se había planteado que fuera un depósito para Guadalajara. El convenio de 2007 de su padrino político Emilio González ya incorporó un componente importante de agua para la ciudad, mientras que a Aristóteles Sandoval se le puede acusar de administrar el conflicto, pero nunca de haberle regalado el agua al estado vecino.

Habrá que suponer que los superiores fines de la refundación permiten suprimir estos matices para la mayor gloria del líder, pero las medias verdades en este caso se pueden convertir en flagrantes mentiras en las que, como siempre, la culpa es del otro.

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JJ/I