INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

El hambre por ídolos

Los retornos a casa siempre generan nuevas expectativas. La razón por la cual los aficionados se entusiasman con el regreso de un viejo conocido después de varios años de ausencia es un tema que posiblemente puedan explicar mejor especialistas, como los psicólogos.

Pero en más de 20 años de camino recorrido en el periodismo deportivo, más lo que anteriormente en mi faceta de aficionado también me tocó vivir, el denominador común es que la imagen que tenemos de los ídolos permanece y en la vuelta a la querencia, a sus raíces o punto de partida, como prefieran llamarlo, hay una especie de convicción en que tal personaje revivirá las viejas glorias.

El recibimiento que tuvo el portero Guillermo Ochoa a su arribo al aeropuerto internacional de México es un ejemplo de cómo el público futbolero está hambriento de ídolos del pasado, en concreto la gente del América, que a su vez colocó al anterior arquero Agustín Marchesín a la altura de Héctor Miguel Zelada.

Mucho se ha debatido si fue excesiva o no la bienvenida de una multitud de seguidores que acudió a la llegada del guardameta, que recientemente se despidió de su equipo el Standard de Lieja para dar por concluida así su aventura en el futbol europeo.

A sus 34 años, una edad que indica plena madurez y en algunos casos la recta final en un portero debido a las funciones de su posición que no requiere el desgaste de recorrer la cancha, posiblemente a Ochoa le quede más tiempo, y como es un atleta que sabe cuidarse, es posible que aún ofrezca un buen rendimiento.

El tema es que los retornos siempre generan esperanza para mejorar el presente. Sucedió en su momento cuando las Águilas repatriaron a Hugo Sánchez, quien nunca jugó para el América, pero el sólo hecho de fichar a un delantero que había triunfado en el Real Madrid era motivo para celebrarlo, y por tal razón también le dieron bienvenida de héroe.

Algo similar sucedió con Luis García, quien volvió al futbol mexicano luego de tres años entre el Atlético de Madrid y la Real Sociedad.

La ilusión nadie se la puede quitar a la gente, y tampoco puede uno ser tan negativo en advertirles: “segundas partes nunca fueron buenas”. También existen las honrosas excepciones.

Ojalá que la segunda etapa de Ochoa en América sea tan buena o mejor que la primera, y corresponda a las expectativas que hay a su alrededor.

@ofares72

JJ/I