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Introducción al ocio No. 1

Estaba charlando hace tiempo con una chica que poco conocía, ella trabaja en el área de Marketing de una empresa mexicana muy grande, a quien no hacía muchos días le había llegado una propuesta de colaboración con una casa productora para que una parte de sus impuestos funcionaran como el fondo para producir la película.

En la discusión, ella me decía con mucha ahínco, que le hubiera encantado aportar la cifra económica que se le pedía, sin embargo, dado el tipo de película a la que se iría el fondo, ella no podía asegurar que la empresa quisiera abrir sus cuentas y quedar bajo el escrutinio del temido SAT, ya que el proyecto en cuestión no era una película con un alto porcentaje de oportunidad de recuperación de inversión, era una película más cercana a eso que tendemos a llamar Arthouse Cinema o Cine de autor evidentemente.

Más allá de la postura sobre si el dinero del Eficine es dinero público y cuál tendría que ser la participación de las empresas contribuyentes en las producciones y su inherente asociación, se me quedó muy gravada una frase que me dijo: “…porque queremos apoyar películas de calidad, que diviertan y no que depriman”; el lunes por la noche, navegando entre las aguas misteriosas de una plataforma de cine en línea, encontré que estaba disponible Mirreyes contra Godínez, película que de oídas y estadísticas, había tenido una buena recepción del público siendo de las películas más taquilleras del 2019.

Como tenía mucho tiempo sin ver una película comercial mexicana (el último intento lo hice en un vuelo en noviembre del 2018 y quité la película a los 10 minutos) y con aquella charla en mente, me dispuse a picar el botón de reproducir en mi computadora y ver la película, pensando en verla desde dos lugares diferentes y quizá totalmente incompatibles:

  1. Desde la perspectiva de un tipo que está en su casa con gripa y quiere entretenerse un rato.
  2. Desde la perspectiva de mi posición como programador que está siempre viendo los defectos y virtudes de cada película que se encuentra enfrente.

La respuesta inmediata fue enfrentarme a Mirreyes contra Godínez como lo haría cualquiera de mis primos y hermanos que nada tienen que ver con el cine, o sea, la opción número 1.

De nuevo vinieron a mi cabeza las palabras de aquella chica, porque pensé que quizá esta podría ser una de esas películas a las que ella se refiere con cine mexicano de calidad; y acá es donde realmente comenzó a gustarme el ejercicio, rápidamente comencé a reconocer en la película porqué logró el éxito que tuvo y a reconocer qué me pasaba mientras la veía, quería introducirme a ella viendo cine como ocio, puro y duro. Continuará…

@FitoCastmo07

JJ/I