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Nada es privado

Al navegar por la red y encontrar un sitio con información de interés, generalmente solicita ciertos datos personales para acceder a su página. A pesar de las notificaciones de seguridad en el manejo de los datos, al final se usan para crear perfiles de consumidores o para encontrar usuarios susceptibles de ser acosados por candidatos, partidos o movimientos ideológicos con fines políticos.

Los datos acumulados en redes sociales son estratosféricos (big data), que a través de la minería de datos (data mining) se conforman perfiles, patrones repetitivos, comportamientos de consumo, hábitos y preferencias de los internautas. La actividad diaria en Internet y los sitios que visitamos también alimentan y delatan nuestro consumo y placeres culposos, datos que nos etiquetan en la red y blanco de bombardeo particularizado.

El habeas data es el derecho de las personas a solicitar, modificar, eliminar o corregir información de datos personales que posean oficinas de gobierno o empresas privadas. El habeas data es un derecho cada vez más regulado y que garantiza que los datos pertenecen a las personas y no pueden ser difundidos, comercializados o usados sin su consentimiento. A pesar de ello, algunas bases de datos (como las del listado nominal del Instituto Nacional Electoral) ha estado a la venta libremente por Internet y otros medios.

En 2018 estalló el escándalo por la adquisición por parte de la empresa Cambridge Analytica (CA) de más 50 millones de datos personales de la plataforma de Facebook y su uso para supuestamente manipular a votantes estadounidenses y británicos con campañas y fake news en favor del triunfo de Trump y del Brexit.

Con esto en mente, David Carroll, profesor asociado de la Escuela de Diseño Parsons en Nueva York, presentó una demanda ante el tribunal superior de Londres con la intención de obligar a CA entregar sus datos y revelar su fuente, como narra la película recién estrenada en Netflix Nada es privado (The Great Hack). El 2 de mayo de 2018, CA se declaró en bancarrota, cerraron el changarro. A pesar de una orden de la corte, CA nunca entregó sus datos a Carroll.

Los otros protagonistas son tres personajes claves en la conformación de esta empresa, calificada ahora como infame y perversa, son Christopher Wylie, quien denunció a la empresa que ayudó a crear, a la que califica de “máquina de propaganda de servicio completo”. Brittany Kaiser, pacifista y ex activista con Barak Obama y ex subdirectora de CA, quien considera que los datos son “el recurso más valioso de la tierra”; y Alexander Nix, CEO de CA, creada por él en 2013, quien es la mente maestra detrás de la empresa.

El documental, dirigido por los esposos Jehane Noujaim y Karim Amer –quienes anteriormente dirigieron La plaza (The Square), cinta nominado a un Oscar, acerca de la Primavera Árabe–, se concentra en las actividades de personajes claves en campañas políticas en diferentes países, pero sin intención de ir más allá de lo ocurrido en esos escándalos.

El filme Nada es privado no solo dejó al descubierto la trama detrás de las actividades de manipulación de datos y propaganda política digital de una empresa de minería de datos, sino que CA ha abierto la caja de Pandora en las enormes posibilidades para que otras empresas, con tecnologías digitales más poderosas y discretas, se apoderen y manipulen millones de datos personales de internautas para influir y manipular la conducta de votantes en una escala masiva.

En un país cada vez más polarizado como México y de cara a las elecciones de 2021, donde las leyes que regularizan el uso de datos personales son laxas, combinado con instituciones débiles, se presenta como un caldo de cultivo para que otras CA hagan lo propio en los próximos comicios

iortizb@gmailcom

da/i