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Pedro Valtierra recibe Honoris Causa por la UAZ


“Nunca imaginé recibir una distinción de esta naturaleza, porque no trabajo para recibir reconocimientos. Uno trabaja con la obligación del periodista que es, nada más. Jamás imaginé que algún día me otorgarían un Honoris Causa” son las primeras palabras que expresa quien lleva 46 años en el mundo de la fotografía, en entrevista con Notimex días previos a la entrega del reconocimiento por Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), que se le entregó ayer por la tarde en sesión especial del consejo universitario.

“En estos tiempos de crisis y a esta edad, está bien recibirlo. Soy un hombre agradecido y me hace sentir contento, pero hay que tener cuidado con los premios porque tú sabes que también de pronto se marea uno. Yo espero no marearme. Tengo 64 años y ya estoy vivido. Es un estímulo con el que hay que estar agradecido con los que piensan que uno es merecedor de esa distinción”.

El también director de la agencia y de la revista Cuartoscuro se dice honrado de ser reconocido, pero también se siente comprometido a seguir trabajando como lo ha hecho hasta ahora.

“Es un compromiso mayor. No es que te obliguen, pero sí te pone en la mira. Y yo siempre he estado trabajando en apoyo al desarrollo de la fotografía, en el desarrollo de los fotógrafos: no sólo en los que trabajan conmigo, sino también en la difusión y promoción de la fotografía mexicana en general”.

La facilidad de hoy

Pedro Valtierra trabajó en la presidencia de la República a finales de 1972 a sus 17 años de edad, pero no fue sino hasta el año siguiente cuando conoció ahí mismo el laboratorio de fotografía, lugar en el que de inmediato se dispuso a aprender:

“La fotografía de aquellos tiempos implicaba un trabajo distinto, una relación distinta. Yo no digo que mejor, pero tenías que aprender la técnica; yo tuve la suerte de conocer gente que me enseñó desde barrer el laboratorio hasta preparar los químicos, o a revelar, o a encarretar”.

Merecedor de innumerables reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo en 1983, dos veces el premio de la Bienal de Fotografía de Bellas Artes de 1980 y 1984, así como la Medalla de Plata de la Organización Internacional de Periodistas en Moscú en 1986, Pedro Valtierra rememora que aprende a tomar fotografías después de su relación con el laboratorio. Siempre tuvo la suerte de revelar su propio rollo, precisa.

“Antes se hacían menos imágenes dice, porque el proceso era más caro y se llevaba más tiempo. No digo que la foto de antes sea mejor, sino hablo en sí de toda su preparación. Yo aprendí a hacer la fotografía con tal intensidad que hizo que me enamorara de la profesión”.

La fotografía de hoy es muy diferente, sentencia Valtierra: “La tecnología nos ha resuelto muchas cosas técnicas. Mira: yo en Nicaragua llevaba mi laboratorio y lo armaba (…) lo instalaba en el baño del cuarto del hotel donde me hospedaba, revelaba e imprimía, que me tomaba unas dos horas. Luego transmitía la fotografía”.

Demasiada fotografía

El fotoperiodista zacatecano señala que hoy está viendo en los medios de comunicación a varios jóvenes entusiastas a pesar de que no hay políticas que estimulen el desarrollo de la fotografía, especialmente en México:

“Esa es una de las deudas que tienen los medios con la fotografía. También a nosotros los fotógrafos, es cierto, nos falta trabajar para defender nuestro oficio, pelear por que se nos publiquen más fotografías”.

Debido a la tecnología existente, repara en que se puedan “hacer muchos disparos con la cámara”, afectando la calidad de las imágenes:

“Se están tomando muchas fotografías, pero eso nos lleva a no hacerlas con calidad, a no pensar la foto, a no pensar la imagen. No se está pensando la imagen como tal. No es garantía de que a más foto, más calidad. La fotografía se tiene que disparar en el momento justo. No ha cambiado ese principio de Henri Cartier-Bresson. Se hace ahora mucho más rápido una fotografía con la creencia de que se asume cierta calidad, pero realmente hay una confusión. Yo sí creo, y sugiero, que debemos hacer una reflexión en torno a esta cantidad de fotografía que estamos generando, por lo menos me refiero a los fotógrafos de prensa, a los fotógrafos documentalistas.

La fotografía nos ha mareado, enfatiza Valtierra: “Nos ha emborrachado tal cantidad de fotografías. Yo sugiero tener cuidado, que la fotografía todavía se siga haciendo con el corazón, el alma y la cabeza. Por lo tanto, no hay que disparar sin ton ni son. La facilidad de hacer fotos no nos permite ser autocríticos: hoy, los fotógrafos jóvenes se preocupan más por su cámara que por los temas”.

Estética y conocimiento

Reconocido además con el segundo lugar en el concurso México en la Encrucijada, celebrado en Munich, Alemania, en 1994; el Premio Rey de España a la mejor fotografía noticiosa internacional en 1998; el Premio Nacional de Periodismo por Trayectoria en 2014 y en 2016 la Medalla al Mérito en Artes en la categoría de artes visuales que otorga la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, Valtierra descarta que, ahora que todos pueden tomar una fotografía con su celular, se encuentre en riesgo la profesión de fotógrafo:

“Hay mucha más competencia, pero no pone en riesgo a la fotografía profesional mientras ésta se haga con rigor y calidad. Si los que traen un teléfono son atentos a hacer buenas fotografías y ponen interés en sus tomas, en sus encuadres, en sus composiciones, la obra de los fotógrafos profesionales entonces sí correría un riesgo”.

Valtierra también descarta que hoy en día haya una crisis en la fotografía: “Creo que más bien hay una crisis de medios. Hay muy buenos fotógrafos y muy malos editores, o muy poco interés de los editores de los medios. La fotografía periodística, en los últimos años, desde 2000, ha sido una de las producciones más importantes, prueba de ello está en que se han ganado muchos premios internacionales. No hay crisis de los fotógrafos, sino crisis de los medios”.

Con más de 350 exposiciones en México y en países como Rusia, Inglaterra, Canadá, Cuba, Francia, Italia, Bélgica, Venezuela, Ecuador, Guatemala, Costa Rica, España, Argentina, Alemania y Estados Unidos, Pedro Valtierra asegura que ama profundamente la fotografía:

“Es lo que he hecho toda mi vida. Me ha dejado una enorme satisfacción, un archivo muy grande, la satisfacción de que mis fotos circulan, de que les gustan a la gente. Yo llevo mis exposiciones a todos los lugares a donde me la pidan. La foto tiene que circular. El oficio me deja la felicidad de ser un fotógrafo que ha recibido la oportunidad de viajar: tuve la oportunidad de tener jefes como Manuel Becerra Acosta, Miguel Ángel Granados Chapa, que me estimularon para estar en muchos lugares. Soy un fotógrafo feliz, porque no me complico mucho la vida, comparto lo poco que he aprendido y hablo de las cosas que tengo que hablar”.

Todavía tengo pila, asegura al tiempo que deja claro que piensa traer la cámara hasta que, dice, lo saquen de circulación:

“Ya no se hace fotografía con el dinamismo de cuando tenía yo 23 años, cuando tenía 35. Los años pasan: ya tengo 64 años, pero no me pienso retirar de este oficio. Porque no puedo dejar de hacer foto. No me podría retirar, porque finalmente, como dicen, hasta de los sueños hay que hacer fotos”.

“No hay que disparar sin ton ni son. La facilidad de hacer fotos no nos permite ser autocríticos: hoy, los fotógrafos jóvenes se preocupan más por su cámara que por los temas”

Pedro Valtierra, fotógrafo

A punto de cerrar

En 1986 Pedro Valtierra creó la agencia de fotografía Cuartoscuro, la cual dirige hasta la fecha. Sin embargo, dice que el camino no ha sido sencillo a lo largo de estos 33 años: “Como agencia hemos tenido momentos muy buenos, pero en estos 33 años también hemos estado, al menos en cuatro o cinco veces, a punto de cerrar”.

Al cuestionarlo sobre los motivos por los cuales el proyecto, que él mismo dijo que nació como una escuela de periodismo para instruir a los jóvenes, se ha visto en peligro, responde:

“Por crisis en momentos difíciles. Por ejemplo, ahora mismo no tenemos un buen momento: la situación que viven los medios nos afecta, porque vivimos directamente de ellos. En 1994, en el error aquel famoso de diciembre, teníamos 17 periódicos y en una semana nos quedamos sólo con siete. Se cayó más de 60 por ciento del ingreso…Las crisis en los medios son las que nos han llevado a estar a punto de cerrar. Sin embargo nos hemos mantenido tanto con la revista Cuartoscuro como con la agencia. Hemos aprendido, yo he aprendido a hacer negocio, a buscar maneras para poder salir adelante. Hemos aprendido a ser una empresa”.

De lo bueno de Cuartoscuro, dice, es que en estos 33 años han logrado consolidar uno de los mejores archivos –bien organizado y clasificado– en todos los temas sociales. No en balde el fotoperiodista mexicano –también promotor de proyectos culturales para el rescate de archivos históricos de Zacatecas, así como cursos de fotografía– finaliza expresando que la fotografía es su vida. Y nadie se atreve a dudarlo.

JJ/I