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Los huesos

El viernes pasado fui a Larva a ver el Lado A de Fantasma de la coreógrafa Olga Gutiérrez. Un día después se dio a conocer que se habían encontrado 17 bolsas de plástico con restos humanos a 19 kilómetros de donde fueron encontrados otras 138 bolsas negras hace varios días, camino a Tala, en Jalisco. En México, donde ya es común encontrar fosas y bolsas y huesos frente a miles de nombres sin huesos: más de 40 mil, según declaraciones de la Comisión Nacional de Búsqueda apenas en enero pasado.

Fantasma cruza la danza, la instalación y la escritura. Es a través de estas fronteras donde los creadores actuales ponen sobre la mesa las consecuencias fácticas y cotidianas de la violencia. Ya no es raro pisar sangre, como lo fue en la Bienal de Venecia hace unos años apenas. Ya no sorprende la fotografía de las bolsas. El amigo del primo no aparece. Ya no es trascendente escribir en Facebook que ojalá cayera una bomba en el Zócalo un 16 de septiembre. El colectivo Solecito de Veracruz sigue buscando más fosas. Afuera de mi depa mataron a un tipo a tiros porque estorbó el paso vehicular de otro en La Penca. Nos faltan 40 mil.

El Lado A de Fantasma comienza con un diálogo escrito. Un narrador omnisciente conecta hilos, citas, fragmentos y fechas entre sucesos violentos a través de la historia, mientras que su contraparte expone la sabiduría de los huesos que no pueden ser destruidos y que cargan en su ser no sólo las características de la muerte, sino también de la vida. La obra, que se presentará también en Larva el próximo fin de semana, secuencia así una serie de movimientos encauzados hacia la idea del cuerpo no como una materia transitoria, sino más bien como un fantasma siempre presente, también omnisciente. ¿Realmente nos desaparecen? La pieza coreográfica y el texto son unidos por otro hilo disciplinario, el del arte sonoro de Kenji Kishi.

Trabajé durante muchos años con Olga Gutiérrez y esta es la primera vez que me atrevo a escribir sobre uno de sus trabajos. Fantasma es un madrazo. Quisiera llevar a todos los que conozco. Es una pieza transdisciplinaria con consecuencias estéticas, intelectuales y políticas que espero resolver pronto, y que espero se conviertan en semilla de otros muchos trabajos sobre lo que nos sucede ahora. ¿De qué otra cosa podríamos hablar?

@doloresgarnica

JJ/I