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Los beneficios inexplicables

Si hay un tema que alienta al mexicano es el del pago de impuestos. Se paga por los ingresos producto del trabajo, se paga por tener casa, se paga por tener vehículo. Paga el desempleado que se arriesga a invertir parte de su liquidación en emprender un negocio, establecido, callejero, como sea; paga o cuello: decomiso, multa y en una de esas, hasta cárcel. Esto sin contar el IVA, el gravamen al consumo final de un producto o servicio como el agua potable.

Por eso ardió el reporte Privilegios fiscales: beneficios inexplicables para unos cuantos que dio a conocer Fundar, Centro de Análisis e Investigación, luego de una batalla legal con la que consiguió que el Pleno del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito resolviera que los nombres y montos de los beneficiarios de condonaciones fiscales debían ser publicados.

Dice la teoría que los impuestos son uno de los instrumentos de mayor importancia con el que cuenta el Estado para promover el desarrollo. Los objetivos pueden ser la redistribución del ingreso en favor de un sector o grupo social; mejorar la eficiencia económica, proteger algún sector importante, ya sea industria nacional, comercio exterior o interior, agricultura, etcétera, además buscar el beneficio económico, social, cultural y hasta político.

Pero no hay teoría que valga ante el escándalo mayúsculo de empresarios, farmacéuticas, políticos, famosos y deportistas a los que les perdonaron sus deudas con Hacienda.

Fueron más de 274 mil millones de pesos. La mayor cantidad de impuestos cancelados o perdonados en la historia del país, según explicó a la BBC Mundo Iván Benumea, investigador de Fundar, el centro que venció al secreto fiscal (aplicado, por cierto, tan a modo en el país) y echó luz a una lista de 7 mil 885 personas y empresas, entre las que aparecen secretarías de Estado, bancos, casas de bolsa, cantantes, actrices e inclusive compañías vinculadas de algunos de los personajes más ricos del mundo.

Según la lista, hay 10 contribuyentes que concentran 24 por ciento de las condonaciones, entre ellos, las mismísimas Comisión Federal de Electricidad y Secretaría de Educación Pública; las empresas Productos Roche, Grupo Lala y Acerus, el gobierno de Michoacán, el Banco Nacional de Comercio Exterior y el corporativo Sabritas. Increíble, pero cierto.

Y hay más. El listado que el SAT tuvo que soltar incluye a personajes de la política como el ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos, Ana Gabriela Guevara, actual presidente de la Comisión Nacional del Deporte, y Yeidckol Polevnsky, la cabeza de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y a quien el escándalo la alcanzó en plena lucha interna por la dirigencia nacional del partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador aseveró que si bien la condonación de impuestos era un asunto legal, también era inmoral, y más porque se trataba de una élite de unas cuantas empresas, entre ellas, grandes corporaciones, y de bancos que resultaron beneficiados con el millonario perdón fiscal de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Mucho se tiene que rendir cuentas sobre los privilegios fiscales que, tal como dice el informe de Fundar, resultan inexplicables cuando se criminaliza a muchos y se protege a otros. Es tan intolerable el argumento del error contable con el que se defiende la morenista Polevnsky (a quien le perdonaron más de 16 millones de pesos), como la protección que le dio el mismo presidente cuando minimizó el asunto y afirmó que tampoco se va a personalizar el tema.

No basta con decir que se acabó la pesadilla; si se terminó con esa corrupción legalmente aceptada y esto es otro régimen, hay que demostrarlo.

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JJ/I