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El Vela que queríamos

Desde el primer momento en que nos dimos cuenta que Carlos Vela era un futbolista con cualidades distintas al resto del jugador mexicano, lo idealizamos. Sin embargo, no tomamos en cuenta lo que realmente él quería.

Hoy está convertido en la máxima figura de la MLS con su club Los Ángeles FC, al ser el máximo anotador de la liga con 34 goles, y que incluso en un debate forzado se le ha comparado con el sueco Zlatan Ibrahimovic, quien juega para el Galaxy de Los Ángeles.

El caso del oriundo de Cancún, Quintana Roo, es muy parecido al sueño que suelen tener los padres con sus hijos, que se ilusionan con que el retoño cumpla las ilusiones que ellos no pudieron cristalizar en su juventud y verse reflejados en sus éxitos.

Cuando el hijo manifiesta que en realidad pretende dedicarse a otra actividad alejada de sus ideales viene la frustración, y en muchas situaciones se genera no sólo un distanciamiento, sino una ruptura total en la que no vuelven a dirigirse la palabra.

Vela pudo ser lo que queríamos que fuera y no quiso ser, porque priorizó sus gustos personales. ¿Egoísta u honesto? Un poco de las dos cosas, pero también respetable, si él es feliz así, no se le puede reprochar más el no haber querido compartir al 100 por ciento su talento más que a cuentagotas en dos mundiales (2010 y 2018).

Desde el momento en que decidió emprender la aventura en Europa, primero con el Arsenal de Inglaterra, que antes lo fogueó con equipos modestos de España como el Salamanca y Osasuna para después ya debutar en la Premier League, el canterano de Chivas comenzó a mostrar su rechazo a los grandes compromisos por lo que fue enviado al West Bromwich Albioni

Pero fue en la Real Sociedad en donde Vela alcanzó su mejor nivel, es decir en otro modesto de España y en donde alternó con Antoine Griezmann. Quienes los vieron juntos, no dudaban: el mexicano era mil veces mejor, pero fue el francés el que estaba determinado a trascender, y lo consiguió para irse al Atlético de Madrid, y después al Barcelona.

La última oportunidad se le presentó hace poco a Carlos precisamente con el club blaugrana, pero de nuevo al anteponer sus prioridades dejó ir una opción increíble, y quiso quedarse donde considera que son más felices él y su familia.

Es lo que a él le gusta, y está bien, no tiene por qué satisfacer a los demás. Pero en el imaginario siempre estará pensar en el escenario alternativo que nunca lo sabremos.

@ofares72

JJ/I