INICIO > ZMG
A-  | A  | A+

Propondrán nuevo organismo para manejo de drenaje e inundaciones

(Foto: Especial)

Construir una nueva institución que se encargue de manejar toda la infraestructura, pero además, de las políticas públicas de manejo del territorio con visión de cuenca para conservar el estado natural de ríos y cuerpos de agua, y gradualmente reducir el impacto de las lluvias en Guadalajara en la zona urbana consolidada, es el objetivo de un esfuerzo que coordinan conceptualmente el Colegio de Ingenieros Civiles de Guadalajara y académicos de la Universidad de Guadalajara.

Para el efecto, se estableció una mesa de trabajo a partir de cuatro expertos con diferentes puntos de vista sobre el tema: Luis Valdivia Ornelas, geógrafo especializado en desastres urbanos; Arturo Gleason Espíndola, hidrólogo con énfasis en reuso de agua y recarga; Enrique Dau Flores, empresario y ex responsable de áreas gubernamentales relativas al sector agua, y Fernando Rueda Lujano, hidrólogo y ex funcionario de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Los cuatro discutieron el problema en el Colegio de Ingenieros, e invitaron a El Diario NTR a registrarlo. Parten de datos duros: al menos 120 puntos anegables en la zona que administra el SIAPA, quizás 300 en toda la metrópolis, un problema creciente que denota un manejo muy deficiente del territorio para construir una ciudad más peligrosa que nunca para el habitante que se desplaza en sus calles o que habita los puntos bajos de las cuencas, o en contraste, quien ocupa sin regulación gubernamental cuerpos de agua, corrientes superficiales, zonas de deslizamientos y otros accidentes topográficos. Las pérdidas patrimoniales y las pérdidas de vidas humanas es el resultado.

“Yo resumo la política hidráulica en dos aspectos: entubar para sanear y para conducir el agua; esa ha sido la receta, y como la ciudad creció de abajo hacia arriba, nunca se consideró que en la medida en que las normas de ocupación del suelo se replicaran a las partes altas, el problema de las partes bajas crecería; y eso es lo que estamos afrontando, las zonas inundables son cada vez más recurrentes y el riesgo crece, basta con ver lo que ha pasado este año con Plaza Patria, pese a las obras de regulación que se construyeron; resulta esencial recuperar las condiciones del ciclo del agua”, señaló Valdivia Ornelas.

Para Gleason Espíndola, es esencial “que transitemos a la digitalización del agua; que se incorpore toda la tecnología disponible para construir un sistema de información que no solamente aporte registros de cómo llueve o cómo escurre el agua, sino que se puedan establecer modelaciones que permitan tomar las decisiones pertinentes; las empresas inmobiliarias deberán aprobar un examen en que su proyecto realmente resuelva totalmente los impactos hacia la cuenca baja, debemos generar una ciudad sensible al agua como sucede en muchos de las grandes urbes del mundo, y es necesario primero programar las inversiones en ese sentido antes de hablar de las soluciones finales, de la infraestructura de regulación y de conducción necesarios, pues de este modo la inversión pública y privada tienen más sentido y resuelven los problemas reales”. 

Para Dau Flores, se trata de un problema histórico, por el cierre o el estrangulamiento de los cauces naturales bajo la premisa de que la infraestructura de colectores todo lo resolvería. Un segundo error fue permitir que el drenaje de aguas negras se mezclara con el pluvial. 

La alteración histórica es tal que se modifica incluso el volumen de agua que circula en las cuencas al trasvasar de una cuenca a otra, lo secundó Rueda Lujano. “Históricamente se tomó la decisión, que ahora resulta totalmente problemática, de hacer varias transferencias de la cuenca del río San Juan de Dios hacia la cuenca de Atemajac; son tres puntos por los que se canalizaron hasta 140 metros cúbicos por segundo, y con el tiempo damos con la evidencia de que Atemajac no tiene esa capacidad, y más con los problemas propios que vive desde su cuenca alta, por eso no se han podido resolver los problemas desde Plaza Patria hasta Federalismo”.

El consultor señala que tanto el Código Urbano como la Ley Estatal del Agua ya prevén que se controle localmente al problema del agua, a nivel de cuenca y de predios; “el artículo 86 bis de la Ley del Agua establece la obligación de los desarrolladores para establecer sistemas de control total al interior de cada fraccionamiento, me parece que es una de las pocas legislaciones del país con ese componente, y habría que saber si el SIAPA ha podido ejercerlo a plenitud con los nuevos desarrollos inmobiliarios, pero queda claro que debería establecerse como un principio, de que las soluciones deben de ser por cuencas”.

Valdivia Ornelas apuntó que la característica de las cuencas urbanas y sus alteraciones derivan de que no hubo diseños reales para lluvias, “se dio un cambio total, se arrasaron las condiciones naturales. Urge ahora recuperar el control de la escorrentía sobre todo en las partes altas. Las partes altas están llenas de centros comerciales con infiltración cero, naves industriales, estacionamientos; la mayor parte de la superficie está impermeabilizada. Parece que todavía no entendemos realmente cuál es el problema que nos esta generando el tema de las inundaciones”.

Por eso, Gleason Espíndola insiste: “Yo sería de la idea de obligar al desarrollador a hacer un estudio con herramientas digitales para que se establezca con claridad todo el tema de riesgos y que se garantice que no se va a afectar al resto de la cuenca, como principio para ir controlando el tema del desorden que estamos viviendo”

Dau Flores considera importante establecer “un área técnica especial que conozca el tema, distinta al SIAPA”, y que se encargue de aterrizar la planeación y de hacerla de obligatorio cumplimiento, más allá de los problemas habituales de las competencias municipales, que suelen ser dolor de cabeza para manejar las cuencas.

De ahí se emanarían lineamientos sobre cómo construir infraestructura de retención, remata Rueda Lujano, “desde acciones como las que menciona Gleason para medir, hasta elementos como la enseñanza del diseño con base en manuales técnicos […] debemos definir la capacidad con la que se maneja el agua de una tormenta en un cauce, contra la capacidad con que se diseñan los colectores; los colectores por cuestiones económicas se diseñan con 10 años de periodo de retorno, pero un cauce debe tener por lo menos 10 veces más, 100 años; debemos  hacer una revisión de este tipo para privilegiar ese tipo de acciones, pero también lo que no es estructural, la labor preventiva de que habla el maestro Valdivia”. Esta reunión deberá emanar en un foro internacional para recuperar experiencias de otras ciudades. 

La idea es que tanto el colegio como la universidad patrocinen el esfuerzo y derive en una propuesta formal al ejecutivo y a los legisladores de Jalisco, en el corto plazo. “El esfuerzo vale la pena ante el tremendo problema de los impactos que ocasionan las lluvias caño con año”, subrayó Dau Flores.

5 problemas a resolver

  1. La ausencia de una red de medición de las lluvias. Ese problema es más grave que en el pasado, porque la Conagua ha abandonado el mantenimiento de la red hidrométrica local y a nivel nacional
  2. Culminar el conocimiento del territorio para definir zonas de recarga de agua, zonas bajas inundables, anchura de las escorrentía, zonas donde se puedan dar procesos naturales o inducidos de desastre, de manera que esos espacios queden libres de construcciones
  3. La definición técnica de la infraestructura con base en impactos acumulados: no se puede pretender que no haya inundaciones si los colectores de las partes bajas son iguales a los de las partes altas, dado que reciben el agua de todos los afluentes
  4. Aplicar la lay y exigir a todos los fraccionadores que su manejo del agua genere un impacto cero, es decir, no agregue un solo litro más a la cuenca del que ya bajaba antes de transformar el territorio
  5. Dar “dientes” a una nueva institución de manejo de drenajes y cuencas; es decir, la omisión de sus normas y dictámenes será sancionada con todo el peso de la ley, incluidas multas hasta la obligación de corregir las obras defectuosas a cuenta del responsable

da/i