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Danzantes se acercan a la Basílica de Zapopan

(Foto: Jessica Pilar)

Los pies no dejan de moverse, ya están cansados, pero siguen brincando a la derecha a la izquierda al ritmo que le toca sus compañeros del tambor. Algunos pies sí se detienen solo marchan y otros se quedan quietos esperando la fuerza para seguir avanzando, ellos son los danzantes con sus trajes coloridos, con sus penachos altos, sus escudos en la mano y hasta con niños cargados en sus hombros.

Más de 30 mil danzantes comienzan a llegar a la Basílica de Zapopan son los primeros romeros que inician el recorrido, los hay de todas edades, familias completas algunos vestidos con ropas que parecen ajenas porque no forman parte de sus danzas pero todos vienen felices, cansados y con muchas ganas de recorrer el último tramo hasta la entrada a la casa de La Generala.  

Caminan por avenida Laureles, pero no entrarán por los Arcos de Zapopan sino que darán vuelta por Hidalgo, los organizadores los animan a que no se detengan, que caminen y no se queden en un solo sitio.

Mientras tanto los observan personal del ayuntamiento, bomberos, paramédicos, medios de comunicación y uno que otro romero que está esperando el paso de la virgen.

A los danzantes no les importa que su público no sea vasto, ellos danzan como si estuviera un gran público viéndolos y escuchándolos, no pierden el ritmo.

Esos pies están cansados, tienen vendajes hasta la rodilla y otros están descalzos, pero todos siguen el ritmo porque saben que la meta está cerca.  

EH