Deuda o recortes

El presidente ha logrado pasar su paquete económico para el próximo año. Prácticamente sin cambios se lo aprobaron en ambas cámaras: el presidente no tendrá ahora pretextos.

Sin embargo, en la misma Cámara de Diputados se percataron del problema estructural que muestran las finanzas públicas del país para 2020: no alcanza el dinero.

Tan se dieron cuenta que empezaron a buscar dinero adicional hasta por debajo de las piedras, incluyendo cobros a los derechos de agua del sector agropecuario o el cobro extraordinario por la regularización de los autos chocolate o introducidos de contrabando al país.

Afortunadamente en el Senado se les corrigió la plana a los diputados, pero el origen de proponer tales locuras se encuentra en que no hay dinero suficiente en el presupuesto para todos los requerimientos presupuestales que han buscado incrementos en el Congreso.

Si la cobija del dinero público luce tremendamente limitada para el próximo año, el presidente y su equipo bien deben irse preparando para una realidad mucho más asfixiante: no lograrán recaudar todo el dinero que están pronosticando. Lo que los obligará a mediados del próximo año a tomar una de las dos alternativas.

O recortan aún más el gasto público o de plano se olvidan de la promesa del presidente López Obrador de no contratar más deuda para saldar 2020.

No hay más.

Los ingresos del gobierno para 2020 están proyectados sobre un supuesto completamente irreal. En Hacienda planean recaudar dinero como si la economía fuera a crecer 2 por ciento.

Eso es claramente falso. La economía mexicana no crecerá. De hecho, en el mejor de los escenarios tendríamos una economía creciendo a 1.0 por ciento.

Si el crecimiento no se realiza, entonces el volumen de recaudación por IVA o ISR será también mucho menor. Lo que obligará al presidente o su equipo a romper una de sus dos promesas. O habrá más recortes o habrá más deuda.

¿Por cuál se inclinará el presidente Andrés Manuel?

Twitter: @Israel_Macias

JJ/I