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La 4T y los cuatro Méxicos Posibles 

La iniciativa Méxicos Posibles es un proyecto de teoría de escenarios para sumar voluntades para un México democrático, en paz y justo, que, desde 2014, involucró a un grupo de mexicanos plural y diverso. El grupo comprende a políticos, funcionarios pertenecientes a partidos políticos diferentes, miembros de las fuerzas de seguridad, integrantes de la sociedad civil de muy variados ámbitos, empresarias, representantes religiosos, académicos y periodistas, entre otros sectores. 

El primero de los escenarios, llamado México Agandallado, donde el grupo en el poder lucha por sus privilegios, mientras se mantiene la ilegalidad por los jueces y tribunales al servicio del crimen organizado; la inseguridad por policías corruptas e indisciplinadas aumenta, y la inequidad y pobreza crecen progresivamente. Este es el México donde las acciones se limitan a contener y no a solucionar los problemas. 

En el México Pasmado los acuerdos continúan siendo cupulares. Donde la sociedad civil organizada no incide en la toma de decisiones; hay algunas iniciativas para mejorar el Estado, pero no disminución de la ilegalidad, inseguridad e inequidad. 

En el escenario de un México Fallido la sociedad se polariza y hay una disrupción generalizada. Todo empeora, mientras el crimen organizado se apodera del territorio mexicano y se paraliza la economía. Este podría ser un estado de excepción, pues si no se combate el crimen organizado con una estrategia diferente, así como existe Culiacán de Ovidio, podemos convertirnos en el país del Cártel Nueva Generación. 

Un escenario también posible es México Responsable, donde funcionarios, políticos y empresarios están dispuestos a renunciar a sus privilegios. Esto aumenta la confianza ciudadana, con un verdadero contrapeso por parte de la prensa nacional y local donde se rompe el pacto de impunidad entre la clase política y empresarial. Este sería un México con cultura de la legalidad. 

En este escenario, los sectores público y privado están dispuestos a sacrificar sus privilegios personales y gremiales por un bien mayor y colectivo. Al percibir que los otros ponen de su parte, se genera un círculo virtuoso donde la ciudadanía empieza a confiar y a ceder en beneficio del bienestar común. 

Hay pesos y contrapesos más claros, surgen medios de comunicación independientes, se da una incidencia efectiva en la toma de decisiones del gobierno como resultado de la presión de los ciudadanos organizados. 

Se modifican las leyes y se mejora su aplicación, pero, sobre todo, hay un cambio cultural en la aplicación eficaz y cotidiana de la ley, aunque se da lentamente. 

En este escenario, el crimen organizado está contenido. Hay un esfuerzo en prevenir violencias en perjuicio de minorías. El Estado va ganando control de todo el territorio. 

Hay mayor orden en las finanzas públicas y estrategias económicas sensatas de largo plazo. Hay una mayor adaptación a los cambios tecnológicos y una profunda transformación del trabajo. 

En el sistema de justicia la actuación de jueces es cada vez más profesional y autónoma. Se comparte la responsabilidad de combatir al crimen organizado con Estados Unidos, y se exporta al mundo la riqueza cultural de México. 

¿Cuál es el escenario que usted percibe en la actualidad? Si le hacemos una biopsia al nombramiento de la titular de la CNDH, tendremos un diagnóstico de lo que sucede con el tejido político en nuestro país. 

Lo que vemos son procedimientos cuestionables del México Agandallado, ya que candidaturas que necesitan de autonomía se asocian a militancia partidista. Este episodio es un ejemplo del clima político que domina hoy en México y que nos hace reflexionar como ciudadanos, en nuestra participación en la vida social y política de nuestro país. 

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jl/i