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IA y deep fakes (I) 

Se hable de futuro o presente, de realidad o ficción, de trabajo o entretenimiento, la inteligencia artificial (IA) es el tema del momento. Al cierre del año, acapara la agenda de circuitos académicos, gubernamentales, científicos y culturales de la ciudad.  

A finales de octubre se llevó a cabo el encuentro de robótica e inteligencia artificial, Capital Robot.IA. Hoy, el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara inaugurará el primer Hub de Inteligencia Artificial en México, con un enfoque prioritario en el aprendizaje de máquinas (machine learning) y el aprendizaje profundo (deep learning). En la Feria Internacional del Libro, la IA será el tema central de TVMorfosis, foro sobre televisión y tecnología. 

Como cualquier nueva tecnología con potencial para transformar la vida humana, hay miedos, resistencias y preocupaciones legítimas sobre sus posibles aplicaciones. Internacionalmente, se ha construido una narrativa de riesgo sobre la IA, principalmente en cuestiones relacionadas como el reemplazo de los seres humanos en la fuerza laboral, las posibilidades para desinformar y sus usos para el control de la población. 

Una definición más o menos aceptada de la IA es que se trata de un conjunto de metodologías que permiten a las máquinas o computadoras “pensar” de la misma manera en la que lo hacen los seres humanos.  

Históricamente, se utilizan tres rutas para que las máquinas aprendan y tomen decisiones: lógica, estadística y biología. Esta última está cobrando auge: de hecho, el deep learning consiste en una especie de sistema de algoritmos en diferentes capas conocido como redes neuronales artificiales por su inspiración en el cerebro humano. 

Estas redes son las que posibilitan la edición y manipulación de videos conocidos como deep fakes, cuya existencia fue advertida por los medios de comunicación a finales de 2017, cuando un usuario utilizó un algoritmo para sustituir el rostro de una actriz en un video pornográfico por el de Gal Gadot, la protagonista de Mujer maravilla. Los resultados fueron sorprendentemente convincentes, especialmente si se sabemos que se trata del trabajo de un aficionado y no de un experto en edición de videos.  

Ya pasaron dos años desde la divulgación de ese deep fake. ¿Qué novedades hay sobre la creación de estos videos y el avance de la IA? Más en la próxima columna. 

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