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Javier Cercas: justicia y odio 

(Entorno. El movimiento independentista catalán es parte del paisaje que detonó el coraje y lo explícito de la narrativa. Foto: Especial)

Lo ha dicho varias veces cuando le han preguntado. Para Javier Cercas, el primer párrafo del segundo capítulo de su nueva novela Terra alta resume el libro por completo. Cuenta con tres elementos, la sangre, los sollozos y la figura de la “puta”, que para él son cruciales.  

No es una novela cualquiera. El personaje principal es un joven policía con sed de justicia. Para el escritor español se trató de abordar un reto creativo que necesitaba, según contó en entrevista, para cambiar de aires y no caer en la mayor trampa de un escritor de su edad y con su experiencia: repetirse a sí mismo. 

“Fue como entrar en la selva inexplorada y encontrarse con varios tigres”, describió. “Sin saber si sería un fracaso”. 

No lo fue. Con esta novela que podría inscribirse en el género policiaco, Cercas fue el ganador de esta edición del Premio Planeta. A grandes rasgos, Terra alta cuenta la historia de Melchor en su dilema sobre la justicia que es deseable, la que es posible y la que se ejerce realmente.  

La pregunta fundamental de esta novela es sobre la justicia. “El valor de la ley, la posibilidad de la justicia, la legitimidad de la venganza”, contó Cercas.  

“Se habla del odio, pero también está lleno de amor, de luminosidad, de furia, de afán justiciero, de dolor. Es un personaje profundamente herido, acuchillado por la realidad complicada”, dijo el autor.  

La sed de justicia para Melchor es suficiente para actuar por su propia mano. Habla de la posibilidad de la barbarie en esta decisión. Lo bueno llevado al extremo puede convertirse en malo, parece ser la moraleja del libro, que la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias. Pero esto Melchor no lo entiende.  

En otras entrevistas también el autor ha dialogado sobre cómo el movimiento independentista de Cataluña detonó varios conflictos, un referéndum con controversiales resultados y al final, la declaratoria unilateral de independencia que hicieron los catalanes. Éste no es el tema de la novela, ni siquiera su escenario, pero sí fue parte del paisaje que detonó parte del coraje y lo explícito de su narrativa. Cercas dijo que sintió que escribió desde las vísceras. 

“Me afectaron los meses álgidos del conflicto y creo que lo que viví en ese tiempo nunca creí que lo viviría, una sociedad democrática dividida a la mitad. Obviamente me afectó. Lo viví dramáticamente y claro que me afectó. No es el tema del libro pero salió de mí y eso está debajo del libro y en mi propia vida. He cambiado como persona y he cambiado como escritor”, contó el autor. 

“Yo no escribo novelas históricas, no me gusta la novela histórica, muchos de mis libros los escribo como una guerra contra la dictadura del presente, esa idea absurda y falsa de que el presente es sólo hoy y que el pasado no tiene nada que ver con nosotros. El pasado es una dimensión del presente”. 

Para Cercas, existe una responsabilidad en el oficio del escritor, la de formular preguntas complejas de la manera más compleja posible, y en no contestarlas de este mundo sórdido y casi siempre horrible, según él en un mundo feliz no habría literatura. Y por eso escribe: para mostrar que la realidad es más compleja de lo que creemos. 

FRASE

“La historia desempeña un papel importante en mis libros, pero es siempre una historia que no ha pasado, una historia como presente": Javier Cercas, Escritor

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