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La columna en 2019 

Lamentablemente, uno no dispone de un instrumento para conocer el alcance de los textos y valorar su impacto en los lectores. Uno no sabe cuántas personas lo han leído, sin embargo, siempre es posible acudir a la cantidad de “me gusta” que ha recibido cada publicación en la página web del diario para identificar aquellos que han obtenido una acogida favorable. Y con base en ello, establecer algunas coincidencias entre el contenido de la columna y el interés de los lectores. Luego de aplicar este método, detecto que de las 41 columnas publicadas durante el año, solamente siete alcanzaron una cifra de “me gusta” que las distinguen del resto. Cinco de ellas dedicadas al ambiente político nacional, objeto de esta columna. 

La mejor calificada fue una columna publicada en julio que se intitulaba “México está cambiando”; en ella, abordaba la renuncia del secretario de Hacienda y la inmediata designación de su sustituto y señalaba que “una regla no escrita que subsistió a lo largo del priato y los gobiernos que le siguieron era que un secretario de Estado no le renunciaba al presidente en turno. Y menos, exponían sus razones en su carta de dimisión… Esta tradición que permaneció vigente durante más de un siglo ha sido despedazada en solo siete meses”. 

La siguiente fue la relacionada con las fiestas de la Independencia, intitulada “El grito: la restauración de lo simbólico”; en éste, además de señalar los procedimientos formales del ritual, que establecían diferencias con los anteriores (ausencia de pasarela), apuntaba que “el cambio más profundo, que establece una ruptura con el pasado, fue la conexión que se observó entre el balcón y la plaza, entre el presidente y un amplio sector de los asistentes, que al finalizar el espectáculo de los juegos pirotécnicos, conjuntaron sus voces para corear diversas consignas: “Presidente, presidente”, “Sí se pudo”, “No estás solo” que se escucharon fuertemente, acompañadas por el viejo slogan de “es un honor estar con Obrador”. 

La siguiente columna fue la dedicada a la conmemoración del quinto aniversario de la masacre de los normalistas en Iguala, intitulada “Ayotzinapa y la primavera democrática”. Ahí comparaba a Ayotzinapa como el punto de quiebre del régimen político y la identificaba como “la culminación de tres movimientos sociales, de carácter nacional, que se manifestaron los últimos años: las movilizaciones en contra de la violencia, producto de la guerra calderonista contra el crimen organizado; el repudio multitudinario a la candidatura de Peña Nieto y la resistencia a su imposición; la condena masiva a la desaparición forzada de los estudiantes y el reclamo generalizado del vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Como el “agente precursor de la primavera, que inexorablemente se instala en nuestra incipiente democracia”. 

Las otras dos columnas que recibieron más menciones, separadas en el tiempo, una en abril la otra en noviembre, ilustran la complejidad que entraña un proceso de renovación institucional. La primera, “Dos reformas imprescindibles”, se refirió a la iniciativa que reformaba el artículo 19 de la Constitución con la incorporación de nueve delitos como graves y la reforma mediante la cual se creó de la Guardia Nacional. Ahí se decía: “Es posible que las nuevas legislaciones tengan algunos riesgos. Ninguna acción está exenta de riesgos. Pero resultaría infinitamente peor, mantener un esquema de combate a la delincuencia que ha sido, a todas luces, ineficiente”. En la segunda, “Polarización y Estado fallido”, se advierte del escalamiento de los disensos entre los actores políticos que ha desembocado en la crispación. Ahí planteaba que “la polarización creciente que experimenta la sociedad indica que las instituciones obligadas a encauzar las contradicciones políticas en un marco de normalidad democrática –gobierno, partidos, medios de comunicación, sociedad civil– se han visto incapaces para procesarla y contenerla, más aun, parecen interesados en atizarla”. 

Al final, uno agradece esta retroalimentación y toma un respiro para seguir el próximo año. 

Twitter: @fracegon

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