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Excesos y tinieblas 

El 2020 inicia como la “edad de la sabiduría y también de la locura”. Un año que cierra una década pasada por el plasma de las batallas violentas y que dejan también tantas víctimas postradas como victimarios enmohecidos. 

México es el tablero de múltiples confrontaciones bélicas, pero también el lugar donde se ha desarrollado el germen de movimientos reivindicatorios políticos y culturales (léase principalmente en materias tan fundamentales como el feminismo, la ecología y la tecnología). 

Veo una era de luz y de tinieblas (sigo con Charles Dickens): “La primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación”. 

A nivel mundial la situación no es mejor. Donald Trump publicó un tuit incendiario, que es por igual una amenaza y un indulto: en caso de que Irán ataque a cualquier persona u objetivo estadounidense “responderán rápida y contundentemente, y tal vez de manera desproporcionada”. 

Vamos “de cabeza al infierno”, parafraseando al creador de Historia de dos ciudades. Extremistas han existido siempre. Políticos con ideas polarizantes, también. Pero expresiones directas tan violentas son difíciles de recordar. 

Hace tanto tiempo que Groucho Marx afirmó que la inteligencia militar son dos términos contradictorios. Y ahora Trump confirma la premisa. 

Moisés Garduño, internacionalista de la UNAM, afirmó en una entrevista que las redes sociales se han convertido en otro de los campos de la política y la diplomacia. Caldo de cultivo para la propagación de discursos de odio. 

Ataja el actual conflicto entre Estados Unidos en Medio Oriente: “Los grupos más conservadores, los principalistas, son los que están buscando en los medios de comunicación y en redes sociales una revancha de mayor impacto, hablan justamente de retomar la fuerza asimétrica que tienen en países aliados con Hizbulá y en Siria para preparar un ataque que pueda ser en el mismo nivel que generó la muerte de Soleimani”. 

Y así… nos tomamos a pecho las del estribo: 

“En los aspectos esenciales del modelo económico, del sistema político, de la seguridad, de las relaciones entre las clases, del reparto de la riqueza y del resguardo del medio ambiente puede constatarse que no hay cambios significativos. Hay más continuismo del que la propaganda naranja quisiera admitir”. 

El destacado periodista Rubén Martín enfatiza lo anodino de las claves políticas que representan la generación del gobernador Enrique Alfaro y su Movimiento Ciudadano. 

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“Más bien es un tema de fe (la seguridad). De fe en que la perseverancia en cierto tipo de políticas públicas dentro de varios años dará resultados favorables. No es que su fe sea completamente sincera, porque fundamentalmente responde a intereses partidistas e individuales de cara al próximo trienio y al próximo sexenio. Pero en cuanto a mercadotecnia política, ellos necesitan posicionar en la agenda pública la seguridad como un tema de largo plazo y maximizar los resultados estadísticos para afianzar una narrativa de arranque sólido”. 

A pesar de que Juan Levario les muestra el camino a las autoridades, temo que la inmediatez (y, en ocasiones, la falta de cordura) al que están encadenados los políticos no podrá llevarlos a tomar decisiones racionales. 

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“La Comisión Nacional de Búsqueda de México presentó la actualización de registro de personas desaparecidas y Jalisco aparece en el histórico con más de 9 mil 200. Pero la @FiscaliaJal reporta en http://sisovid.jalisco.gob.mx 8,601 personas desaparecidas ¿por qué no coinciden los datos en +600 casos?”. 

El periodista José Toral dispone de la duda razonable. Ante el nuevo reporte federal que coloca a Jalisco en primer lugar de desaparecidos a nivel nacional, ahora hay que caer en cuenta que cada una de esas cifras son vidas humanas. Sus historias no nos permiten tener errores estadísticos. 

Twitter: @cabanillas75 

jl/I