INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

México a distancia (impresiones de viaje) 

A la llegada, te encuentras con Madrid, la puerta a Europa, una ciudad llena de vida nocturna, una ciudad global en donde te cruzas con africanos, cubanos, mujeres y hombres musulmanes, disfrutando la vida nocturna en la capital, de tapas, cañas o el generoso vino español. Escuchas el castellano local, el característico tono de argentinos o chilenos, también francés, alemán y casi obviamente chino, coreano o algo que suena a lengua asiática. 

Digo casi obviamente porque en las calles de Madrid, Salamanca, San Sebastián o Vitoria, casi por cada dos hispanos te encuentras con un asiático, entras a las tienditas para comprar agua o alguna bebida y los encargados o dueños invariablemente son asiáticos. Visto positivamente impresiona sentir la receptividad de la sociedad española, y sí, lo abiertos que son para ver con naturalidad la diversidad de expresiones de afecto o para aceptar distintas preferencias sexuales de manera explícita. Eso se ve con naturalidad en las calles, en los bares, en todo tipo de reuniones. 

En los noticieros y prensa local de España, la percepción de lo negativo y errático que les resulta el controvertido presidente de los Estados Unidos es bastante similar a la que podemos tener los latinos, sobre todo los mexicanos, aunque nosotros lo tengamos tan cerca y lo suframos en vivo y en directo. Aquí no lo adoran y lo ubican muy cerca de Boris Johnson, cuyas posturas colocan a los ingleses fuera de la comunidad europea, aunque muchos británicos quisieran ser incluidos en ella. 

La política local se siente patas para arriba. Es importante que al final las dos principales fuerzas políticas representadas por Pedro Sánchez (PSOE), presidente del Gobierno, y Pablo Iglesias (Podemos), hayan establecido un pacto fundamental, pero el consenso con las demás fuerzas políticas ha sido tan ríspido que ha dificultado el acuerdo para la investidura del primero. 

Al viajar a las provincias, fuera de Madrid, además de la grata experiencia de ver hermosos y variados paisajes, sorprende la excelente conexión entre ciudades y el sistema de autovías y carreteras secundarias en excelentes condiciones. Ahí sí que extrañamos los baches de nuestras calles y carreteras. 

En contraste con Madrid, las ciudades del interior se sienten y mantienen limpias; así es muy grato disfrutar las plazas, monumentos y caminar por sus calles. Se nota que a los ciudadanos españoles también les agrada que sus ayuntamientos mantengan presentables plazas, pueblos y ciudades. Ellos sin duda cooperan y exigen buenos servicios e interconexiones en carreteras. 

En México, la amplitud de nuestro territorio es una limitante para estructurar un sistema de ciudades y por historia tendemos a concentrarnos en grandes ciudades, a ciertas alturas invivibles. La experiencia más cercana que tenemos es la del Bajío, en donde se conectan León, Aguascalientes y algunas ciudades medias de Guanajuato y Jalisco. Hace falta propiciar el desarrollo de sistemas de ciudades con mayor calidad de vida, de menos tamaño, bien interconectadas entre sí, en donde resulta menos difícil contar con servicios adecuados, ciudades que puedan caminarse y disfrutarse. En ciudades grandes o pequeñas llama gratamente la atención que circulan muchos ciclistas y a estas alturas cuentan ya con ciclovías e infraestructura adecuada, además de un sistema de tranvías y transporte público bien conectado. 

Mientras disfrutamos de la tranquilidad, el mundo se mantiene en un hilo. Cualquier tontería se le puede ocurrir al presidente del país más poderoso del mundo. Qué pena que nuestras vidas estén tan ligadas a los Estados Unidos y que el destino del mundo esté en manos de un loco y no haya poder humano que le ponga freno efectivo. 

[email protected]

jl/i