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Desapariciones: despacio, que voy de prisa 

Despacio, que voy de prisa recomienda nuestra sabiduría popular cuando se está atendiendo algo que es muy delicado, porque la precipitación es origen de errores que pueden empeorar la situación. Serenarse antes de enfrentar un asunto que requiere de toda la atención posible es un requisito fundamental. 

Si alguien sabe de esto es Jorge Verástegui González, quien ayudó a fundar la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec) a raíz de que su hermano Antonio y su sobrino Antonio Jesús Verástegui fueron desaparecidos el 24 de enero de 2009 en Parras de la Fuente, Coahuila, por un grupo de civiles armados. A partir de su experiencia en la búsqueda de sus seres queridos y de otros miles de personas en Coahuila impulsó la elaboración de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas. 

La elaboración de esa ley en el Senado de la República fue una situación inédita porque contó con la participación de familiares de personas desaparecidas, quienes justamente son las que más saber han acumulado sobre las circunstancias en las que se dan las desapariciones, así como de las mejores formas de llevar a cabo la búsqueda de esas personas. Lo inédito del caso es que de parte del Senado hubo la suficiente apertura para reconocer que necesitaban integrar ese conocimiento en la redacción de la ley. Y este proceso tomó un año. 

Y precisamente por eso Jorge Verástegui se mostró extrañado durante su participación en el foro #LesEstamosBuscando que se está llevando a cabo en el ITESO en esta semana, de que el Congreso del Estado de Jalisco quiera llevar a cabo las consultas necesarias para la elaboración de las leyes locales en materia de desaparición de personas en tan sólo ¡tres días! 

El mismo Jorge Verástegui comentó que otros congresos estatales han hecho un buen trabajo en la elaboración de sus leyes en el tema, y también se dieron el tiempo necesario para incorporar el saber y la perspectiva de las familias que se han dedicado a la búsqueda de personas desaparecidas. 

En el mismo evento, Paulina Cerdán, directora del Centro de Colaboración Cívica, señaló lo que resultó fundamental para la elaboración de la ley general ya comentada: el establecimiento de protocolos para la participación respecto a quiénes, cómo, para qué y qué resultados concretos; remover los obstáculos que impedían la participación; favorecer el empoderamiento de las víctimas a través de fomentos, apoyos y construcción de capacidades; hacer llegar la documentación adecuada para promover una participación informada de las víctimas, bajo los criterios de disponibilidad, claridad y coherencia, en un formato y vocabulario accesibles; brindar garantías de seguridad y de confidencialidad; y crear espacios de consulta en diferentes poderes y órdenes de gobierno, de manera que ésta abarque los distintos niveles de toma de decisiones en los que las víctimas deben ser consultadas. 

En contraste con lo anteriormente expuesto, en el Congreso de Jalisco no está claro que exista una actitud de apertura parlamentaria para trabajar las leyes estatales respecto a la desaparición dedicando el tiempo y los espacios necesarios junto con los colectivos de búsqueda y las personas expertas en las materias relacionadas. Prueba de ello es que no se hizo una convocatoria abierta, pública y por los medios de comunicación, además de que no se difundieron las leyes propuestas para que las personas interesadas las analizaran con tiempo. Sin embargo, el Congreso aún tiene la oportunidad de asesorarse para realizar un proceso ejemplar de parlamento abierto en este tema. 

 

jl/I