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Cuando una mujer falta

(QUERÍA SER MÉDICO. Daniela tenía 17 años cuando desapareció.  Foto: Especial)

#UnDíaSinNosotras busca mostrarle a la sociedad qué pasa cuando una mujer no está, cuando falta. Quienes se sumen al paro de hoy no irán a trabajar ni al súper, tampoco a la escuela. No irán como no lo hacen las mujeres que han sido víctimas de feminicidio o desapariciones forzadas. 

Daniela Magaña es una de ellas, una de las miles que desde hace ya varios años dejó de ir a clases, a su casa, ya no va al gimnasio ni de viaje con su familia. No disfruta de las fiestas con sus amigos, tampoco compra en Internet. Ella es víctima de desaparición. 

Fue un 12 de septiembre de 2014 cuando ya no regresó a casa. Su padre, Martín Magaña, recuerda que al último lugar que acudió fue al gimnasio. Las últimas palabras que escuchó decir a su hija fueron: “Papi, me quieres mucho”. 

“(Ahora es) estar viendo diario la cama vacía, la silla vacía del comedor. La sonrisa, la alegría de cuando llegaba. Esa fecha yo principalmente me despedí y me dijo: ‘papi, me quieres mucho’. A las 4:30 de la tarde fue la última vez que la vi. Cuando regreso empezamos a preocuparnos, pasó el tiempo y hasta la fecha no tenemos ni un indicio de dónde esté”, narra su padre. 

Ella quería ser médico. Su vocación era ayudar a las personas. En 2014, cuando desapareció, cursaba el quinto semestre en la Preparatoria Regional de Zapotiltic, en el sur de Jalisco. Sólo tenía 17 años. En la actualidad ya fuera universitaria, su sueño se estaría por cumplir. 

“Era bajita, delgadita, inquieta, era buena estudiante, ella quería estudiar medicina. Ella estaba ya por definir su carrera. Era su sueño ser doctora. Una muchachita con un gran potencial. Cuando una universitaria desaparece, desaparece la esperanza de un futuro mejor”, describe para NTR Elvia Espinoza Ríos, académica del Centro Universitario del Sur (CUSur) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), pero que, en 2014, era directora de la Preparatoria Regional de Zapotiltic. 

La investigadora recuerda el movimiento social sin precedentes que se formó en Zapotiltic a raíz de la desaparición de Daniela. Gracias a las movilizaciones de entonces, se consiguió que el tema se visibilizara, lo que pudo contribuir a la prevención de otros casos; sin embargo, acepta que la tristeza y el enojo inundaron a la institución. 

“Fue un acto académico triste. Sus compañeros la recordaban. En el momento que se hace el último pase de lista se tenía que mencionar a Daniela. Es algo que marcó a esa generación de jóvenes, porque tenemos la esperanza de que queremos que regrese”, relata la académica al hablar sobre las emociones que se vivieron seis meses después de que Daniela desapareció, justo cuando tenía que egresar de la preparatoria. 

TIEMPOS DIFÍCILES 

Los casi seis años que han pasado desde la desaparición de Daniela han sido tiempos difíciles para la familia Magaña. Prácticamente ha emprendido la búsqueda por su cuenta, pues la autoridad se escuda en que “tiene muchos casos” para archivar el expediente del caso. Martín recuerda que ha habido episodios donde las emociones negativas lo invaden. 

“Hace tres años sí me agarró muy fuerte la depresión por no poder, como padre, traerles a mi esposa y a mis hijas, a nuestra hija. Investigué por mi parte, les entregué (a la Fiscalía un) video, les entregué a unas personas que lo hicieron. Me disfrazaron todo el entorno y todo lo que estuve indagando. En ese momento de desesperación no te importaba que te mataran. Ha sido muy duro. Les entregué llamadas de los celulares de las personas que le llamaron en su momento cuando se la llevaron”. 

A pesar de esta situación, la fe sigue viva. Martín y su familia esperan con ansias el día que Daniela llegue nuevamente a su casa y estén juntos otra vez. 

“La he soñado, gracias a Dios, sana. La he soñado bien. La sangre y el corazón llaman. Yo sé que está viva, pero no sé dónde. Tengo la esperanza, muy bien definida, que algún día la tendremos nosotros en casa”.   

FRASE: 

“La he soñado, gracias a Dios, sana. La he soñado bien. La sangre y el corazón llaman. Yo sé que está viva, pero no sé dónde”: Martín Magaña, Padre de Daniela  

Si sabe algo  

En caso de conocer algún dato que lleve a la localización de Daniela Magaña, puede aportarlo al 34 1414 0965.  

jl/I