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Dos sismos ante AMLO 

Dos terremotos han aparecido en el futuro de Andrés Manuel López Obrador. 

Por una parte, una sacudida económica provocada por la incertidumbre petrolera y del Covid-19 en todo el mundo. Por la otra, la marcha y luego el paro de mexicanas que cada día están más hastiadas por la violencia de género. 

El dólar se disparó el lunes pasado a más 21 pesos. Esto fue provocado por una guerra de precios en el mercado petrolero internacional. 

El antecedente que provocó tal situación es la caída en la demanda global del combustible motivada por el Covid-19, tanto en China como en media Europa. El resultado: estallaron los mercados financieros y bursátiles. 

Mientras Italia se pone en cuarentena, el mundo tiembla. En tanto, nuestro mesías tropical minimiza el impacto. “Ante las crisis en los mercados, ahí vamos resistiendo. Ayer les comentaba que tenemos finanzas públicas sanas, porque logramos blindarnos, no se gastó más de lo que tenemos de ingresos, no se endeudó el país, al contrario, poquito, pero bajó”. Y terminó diciendo que, aunque se depreció el peso, “pensamos que vamos a recuperarnos”. 

Es cierto que AMLO demostró el año pasado que no ahorcó a la economía como sus detractores pronosticaban. También es verdad que ha mostrado ser un líder ortodoxo en materia financiera y ha mantenido finanzas públicas estables. 

Aceptando eso… también es cierto que ha llevado a nuestra economía a crecimiento cero y al borde de la recesión. Sus consultas sobre macroproyectos (tenga razón en dudar de ellos o no) hacen que los grandes capitales se la piensen en invertir en México. Les quita la certidumbre. 

Sabemos que el lunes negro tendrá su rebote positivo (ya recuperó algo nuestra divisa, la bolsa y el petróleo) y que la guerra de precios del combustible no se encuentra en sus manos. Sin embargo, el presidente debe compartir la visión de que la incertidumbre mundial es real y se convierte en una sombra que sobrevuela cada vez más cerca de nosotros. 

El dato más demoledor es que la moneda mexicana fue la que más retrocedió frente al dólar de todas las divisas en el mundo. En términos francos fue un sofocón. Ni López Obrador ni nadie pueden negarlo. Tampoco menospreciarlo. 

El origen del conflicto son las afectaciones por la pandemia del Covid-19 y como está deteniendo a China. Más allá de lo financiero, debemos de tomar en cuenta que potencias económicas no han logrado aislarse de la enfermedad, México y su sistema de salud tan endeble, representa un riesgo mayúsculo en las semanas y meses por venir. 

El otro frente que ya le está generando una crisis es el feminismo. Es claro que al insistir en que los reclamos de las mujeres son una estrategia de “los conservadores”, elimina de tajo cualquier idea de que el movimiento es original, honesto e imparable. 

A pesar de las evidencias, el presidente sigue dudando. 

El desgaste en el gobierno es natural. Le sucede a cualquier líder político. Según Consulta Mitofsky, la aprobación de Andrés Manuel López Obrador pasó de 67.1 por ciento (en febrero de 2019) a 55.8 por ciento el mes pasado. Poco más de 11 puntos los que ha perdido en 12 meses. 

A pesar de que sigue gozando de la aprobación de la mayoría de la población, su popularidad se ha venido minando considerablemente. A pesar de los apoyos sociales que ha entregado en lo personal sigo sosteniendo la tesis de que las mujeres son el único extracto social que realmente puede fungir como equilibrio al poder presidencial. 

La del estribo se la dejo a la escritora británica Virginia Woolf: “La historia de la mayoría de las mujeres está oculta por el silencio o por adornos que equivalen al silencio”. No más. No más silencio han decido las mujeres en México. 

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jl/I