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Un CPS incómodo 

Para el Congreso local resultó que el Comité de Participación Social ahora es incómodo. 

Para nada le gustó que tomará tanta fuerza y definiera algunos nombramientos o que lo pusiera entre la espada y la pared para decidirse por personas que no eran las más adecuadas para ellos, para los políticos. 

Ahora que vienen ocho nombramientos para magistrados del Supremo Tribunal de Justicia y tres para consejeros de la Judicatura, este jugoso pastel a repartir traerá problemas para llegar a consensos de nombres y apellidos sin que alguien externo, foráneo, les imponga los criterios para poder elegir a estas personas, y cuando los legisladores defienden que es sólo su derecho y su facultad. 

Ya dieron color cuando el diputado panista Jesús Hurtado pidió quitar el sueldo a los miembros de este comité, porque considera que solamente personas honorables deberían estar ahí, y que al ser respetadas en sus criterios y en su intención de ayudar al otro no estarían en el cargo por un sueldo. Lo más sorprendente es que recibió adhesiones de todos los partidos políticos, a todos les gustó la idea de quitar poder a este órgano ciudadano. 

Desde aquí vaticinamos que no les quitarán el sueldo, sino que simplemente se trata de un amago para que sus futuras opiniones técnicas sean más acordes al estilo de los legisladores y menos al de las universidades, donde trabajan los integrantes de este comité, y que eso les cala. 

Ayer se aprobaron reformas al reglamento de la Ley Orgánica del Poder Legislativo para quitar el candado de que fuera únicamente el centro de control de confianza del Poder Judicial el que evaluaría a los aspirantes, debido a que todavía ni siquiera se instala y en los discursos en tribuna se notó nuevamente la intención de restar poder a este comité. 

El perredista, titular de la comisión de Seguridad y Justicia, Enrique Velázquez, recordó que no siempre los que sacan mejores calificaciones son los más aptos para el cargo y puede que tenga razón, porque no siempre los más eruditos responden de manera correcta ante la presión, pero hacerlo público señala la intención de que fuera un posicionamiento previo para cuando este Comité de Participación Social les envíe sus evaluaciones numéricas de los aspirantes. 

Velázquez pidió a sus compañeros que se sumaran al trabajo de evaluar la hoja de vida, la experiencia, la trayectoria, para buscar que no lleguen corruptos a esos cargos, y que no se basaran sólo en los resultados del examen de conocimientos o de control de confianza, porque en su opinión no son los parámetros definitorios. 

Hurtado ha señalado también que en la elección del titular de la Procuraduría de Desarrollo Urbano la opinión técnica del comité no fue la más adecuada, porque los querían encasillar en elegir a una persona afín a ellos y no tanto a lo que querían los legisladores. Y que no le hicieron caso. 

Desde ahorita advertimos que las evaluaciones que hagan a los aspirantes por parte de este comité no serán del agrado de los legisladores, porque no les ha gustado hasta el momento el mecanismo que han utilizado para evaluarlos, pero como ya están empoderados y no pueden tener injerencia sobre ellos para decirles cómo hacer las cosas, no pueden minimizarlo. Aún no descubren cómo hacerle para poder evitar escucharlos totalmente. 

Seguramente pronto harán una reforma a este comité para quitarle un poco del poder ganado, porque ya se dieron cuenta que están dejando en sus manos el filtro de quiénes deben pasar y quiénes no cuando ellos quieren tener ese control. 

Hay que estar atentos a ver cómo lo logran. 

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jl/I