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Distanciamiento social, medida necesaria

Todos los expertos en la materia coinciden en que la única manera de enfrentar una epidemia es romper la cadena de contagios. Desde hace algunas semanas sabemos, mediante las intervenciones del subsecretario de Salud, el doctor Hugo López-Gatell, que una epidemia se desarrolla en tres fases (importación viral, dispersión comunitaria, epidémico) y que a cada fase corresponden diversas medidas de distanciamiento social, que van desde casi ninguna restricción en la primera fase hasta una serie de acciones más contundentes, como la suspensión de clases y de actividades laborales que se implementarían en la fase tres. Ahora bien, si la única manera de parar la epidemia es romper la cadena de contagios, la pregunta obligada es, ¿en qué momento y cuáles son las medidas que se deben implementar? De la manera en que los diversos países han respondido a esa pregunta, tiene que ver con las secuelas que ha padecido tras la embestida de la epidemia. 

Al momento de escribir esta columna, los datos oficiales reportan 93 casos confirmados (siete en Jalisco), por lo que se mantienen las medidas de la fase uno, aunque anuncian la suspensión de cursos para el día 20 y la instrumentación de medidas de distanciamiento social a partir del 23 de marzo. El argumento central es que la aplicación de las medidas de distanciamiento tendrá un efecto considerable en la economía, tanto a nivel nacional como familiar, por lo que serían aplicadas hasta que se hicieran presentes los brotes de dispersión comunitaria. 

Sin embargo, esta postura oficial emitida por el subsecretario, que inicialmente había sido designado como vocero, pero que en los hechos se ha convertido en el director de las acciones del Estado frente a la epidemia –“Yo hago lo que el doctor me diga”, expresó López Obrador en una mañanera al ser cuestionado sobre la pertinencia de mantener sus actos masivos–, no ha logrado generar un consenso en el seno de la sociedad. No ha logrado concitar el apoyo de la mayoría de los ciudadanos a la estrategia del gobierno federal. 

Un amplio número de mexicanos piensa y siente que el gobierno federal no está ejecutando las acciones necesarias, que esta situación de emergencia demanda. No es una acción reactiva, desinformada, sino todo lo contrario, estas ideas se sustentan en la inevitable comparación de las estrategias desarrolladas por otros países con las que se ha combatido la epidemia y la que el doctor López-Gatell propone. El Internet y las redes sociales –las benditas redes sociales– han permitido asomarnos a los estragos que esta pandemia ha provocado en un mundo globalizado. Las conclusiones de esta observación se reducen a una: los países que han adelantado la implementación de medidas de distanciamiento social han sorteado la crisis en mejores condiciones que aquellos que se ajustaron al protocolo recomendado. Italia y España son ejemplos palpables de esta demora y son los modelos que se deben evitar. 

El hecho de que, a contrapelo de la postura federal, diversos estados se estén adelantando a implementar las medidas de distanciamiento, evidencia la ausencia de una estrategia nacional, que contemple la complejidad del problema y no la reduzca a la salud. Es lamentable que ante la mayor amenaza que enfrenta el país, sea la crispación política el centro del debate y no la implementación de un plan de emergencia nacional. 

Twitter: @fracegon 

jl/I