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La muerte

“No hay hechos, sólo interpretaciones” sugiere F. Nietzsche en uno de sus fragmentos filosóficos, generalmente incomprendidos, pero a su vez desgastado a manera de cliché. A medio camino del relativismo interpretativo la frase se explica a sí misma, es decir, plantea la cuestión sujeto-interprete, sin embargo, no pretendo hacer una disección filosófica de la frase, sino modificarla con la intención (egoísta) de satisfacer mi necesidad (la cual compartes) de interpretar al mundo.

“No hay hechos, sólo especulaciones” no planteo desafiar a Nietzsche sino alargar ese camino, sumar camino por andar, incluir la incertidumbre del futuro, porque así, y sólo así, podré sustentar mis interpretaciones del mundo moderno.

– ¡Caray, vayamos al grano! Este es un espacio de análisis político internacional, le reclamó el intelecto a la reflexión de Conciencia Global, los dos protagonistas que se enfrentan y en la construcción de esta opinión.

No más rodeos, todo indica, más no se afirma, que Kim Jong-un ha muerto. En ese abismo especulativo, el mundo mueve sus fichas para reordenarse. “China envía médicos a Corea del Norte en medio de rumores” contrasta con “Estados Unidos investiga reportes sobre el estado de salud del líder norcoreano”, por otro lado, “Corea del Sur dice que Kim está bien”. En instantes, historias sobre un acontecimiento, un posible hecho, se disparan en múltiples direcciones.

En esa falta de coincidencia narrativa se lee más de lo que se escribe, se manifiesta el apetito voraz por devorar un territorio, no basta con lo que sucede dentro de sus fronteras, en este mundo globalizado siempre se quiere más.

Les comparto mi lectura. Corea del Norte colinda con China, misma que le preocupan dos cosas: la posibilidad de un éxodo migratorio y lo más importante la presencia del Tío Sam en su cochera. Por otra parte, EU, que lleva “olfateando” y “seduciendo” a su presa con acuerdos, sanciones y tropas en Surcorea está más alerta que nunca. Corea del Sur por su parte, comprende que la vida de su enemigo es la única garantía para no tener a las dos superpotencias en su región. Por último, el protagonista, aterrorizado por la falta de un heredero y en indudable desventaja se compra tiempo con el silencio y la especulación.

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jl/I