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Sesiones virtuales simuladas 

Los diputados locales están inaugurando las sesiones virtuales; ayer tuvieron la primera como Junta de Coordinación Política y dejó mucho que desear. 

En primera se trató de una simulación para decir que son transparentes, porque duró menos de media hora y sin entenderse lo que estaban aprobando. Hablaron con números de documentos sin especificar lo que estaban votando, y como televidente o escucha virtual nos quedamos con las dudas de qué habían votado. Nadie sabe, nadie supo. 

Hasta más tarde, preguntando a empleados de los legisladores nos percatamos que la junta autorizó que habría sesiones plenarias hoy y mañana, y necesitaban aprobarlas. 

Lo más sorprendente fue comprobar que esta sesión virtual fue más para la pantalla que informativa, una simulación, porque antier se habían reunido los coordinadores de manera presencial en el edificio legislativo para ahí acordar los temas que verían en las dos sesiones pleno. Esos acuerdos ya no los trataron de manera pública. No nos enteramos de ellos cuando supuestamente están sesionando de manera pública. De esta forma estamos entrando a la selectividad de la información de lo que tratan en privado y en público, y luego presumen de la transparencia en sesiones cuando en realidad los temas importantes no los están tratando en esta mesa. No es la primera vez. 

Los diputados locales ya tuvieron un simulacro de sesión virtual, y aunque salieron avante tuvieron muchos errores e imprecisiones. Hoy será la prueba de fuego, porque se tratará de la primera sesión virtual de pleno y desde ahora advertimos qué tendrá muchos sinsentidos. 

El primero será que todos los coordinadores parlamentarios estarán despachando desde el edificio legislativo, y desde ahí se conectarán. Algunos estarán hasta en el recinto legislativo y otros quizás en sus oficinas porque no pueden desprenderse de su personal de asesores para indicarles los asuntos a tratar y consultarlos sobre las consecuencias jurídicas o los problemas que se encuentren en el camino. 

Quizás haya otros que desde su municipio o desde su casa decidan cómodamente estar presentes en la sesión virtual, pero si prestamos atención a sus pantallas seguramente habrá algunos que apagarán la cámara para no verlos, mientras haces otras cosas o incluso estén en tránsito. 

Estar en sesiones virtuales es una dinámica muy tediosa, cansada y pesada, sobre todo cuando hay muchos participantes; esto ya lo viven los alumnos desde educación básica hasta educación superior. 

La votación de cada asunto a tratar, incluso el pase de asistencia, serán dinámicas largas y cansadas, porque el secretario general del Congreso local, Salvador de la Cruz, tendrá que decir los nombres de los legisladores, uno por uno, y como son 38, ya contaremos cuánto tiempo tardan en pasar lista o anunciar su voto. 

También sufrirán lo que a veces pasa con el auditorio que los escucha, que si no ponen atención ya no sabrán qué se está votando porque se la viven sólo dando números sin decir lo que votan, y seguramente tendrán que está recurriendo a su personal vía celular para que los orienten o quizás simplemente estén votando asuntos sin saber el tema y podrían equivocarse. 

Los más beneficiados serán los diputados que casi no opinan y sólo siguen instrucciones, porque desde casa podrán seguirlo haciendo. Seguramente previo a la sesión recibirán instrucciones de los asuntos que su bancada parlamentaria está favor o en contra, y lo único que tienen que hacer es seguir las indicaciones del voto. 

Los debates legislativos, que suelen ser pocos, ahora de manera virtual podrían ser cada vez menos, porque pueden convertirse en sesiones tan largas, que podrían desalentarlos. Los mismos diputados dudan de la eficacia de este tipo de sesiones y prefieren la presencial. 

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jl/I