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Empleo y deuda 

*Para Manuel Morales García, QEPD 

Hace unos días, el IMSS informó que, entre los meses de enero y mayo, se perdieron 838,272 puestos de trabajo. Los puestos perdidos excedieron por mucho a los 342 mil 210 creados en 2019. Más aun, excedieron los 29 mil 589 y 171 mil 713 puestos perdidos, respectivamente en 2008 y 2009. 

Según las cifras del IMSS, las pérdidas de empleos no han sido homogéneas. Los empleos permanentes registraron el 70 por ciento de las mismas. Las mayores pérdidas, por sector económico y en orden de importancia, ocurrieron en la construcción, los servicios para empresas y las industrias extractivas. 

A nivel estatal, las variaciones en los empleos han sido heterogéneas. En mayo de 2020, las mayores variaciones negativas, en términos anualizados, se registraron en Quintana Roo (22.7 por ciento) y Baja California Sur (13.3 por ciento). Variaciones positivas, por contraste, se registraron en Tabasco (uno por ciento) y Colima (0.1 por ciento).  

En estos momentos, la pérdida de puestos de trabajo es el mayor problema económico del país. Para resolverlo, se requieren intervenciones del gobierno para incrementar la demanda agregada, para estimular la producción y para crear empleos. Esto es, se requieren políticas fiscales contra-cíclicas. 

Las políticas contra-cíclicas se caracterizan por ciertas decisiones fiscales. Las más comunes son las siguientes: incrementar el gasto público y la inversión pública; reducir los impuestos y posponer los pagos fiscales. Estas medidas suelen financiarse mediante la contratación de deuda pública interna y externa.  

El gobierno federal puede financiar las mencionadas medidas contra-cíclicas. Los 1.53 bdp de deuda contratados, entre enero y abril, podrían utilizarse para financiarlas. Según los registros del SHRFSP, el valor total de la deuda pública ascendió a 12.08 bdp en abril de este año. 

En mi opinión, el gobierno federal tiene una oportunidad única para resolver los problemas económicos del país. Mal haría, si utilizara la deuda pública con fines asistencialistas, clientelares, no productivos o para financiar gasto corriente. México necesita reactivar su economía y crear puestos de trabajo a la brevedad. 

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