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Cooperación y reciprocidad 

Ante la gravedad de problemas nacionales como la inseguridad, el incremento de la desigualdad en los ingresos de los mexicanos y en el desarrollo de las regiones, se impone la cooperación entre sociedad y gobierno. Con la crisis sanitaria del Covid-19 estos problemas se han agudizado y afectan con mayor crudeza a pequeños empresarios, a los trabajadores asalariados y sin duda a quienes trabajan por cuenta propia. 

En el ámbito gubernamental, la subsidiariedad es necesaria frente a las necesidades que tienen los gobiernos de los estados. El gobierno de la República tiene la obligación de apoyar a los gobiernos locales y atender aquellos problemas que rebasan las competencias y capacidades de las distintas entidades. 

El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, había mantenido la postura o pose de no sumarse a los esfuerzos conjuntos de los gobiernos en torno a la seguridad, afirmando que las reuniones semanales de gobernadores no abonaban a mejorar las condiciones de la entidad. Ante la proliferación de asesinatos y amenazas atribuidos al Cártel de Santa Rosa de Lima, lo mismo en Irapuato que en Silao o San Luis de la Paz, el gobierno federal se vio obligado a trabajar en una estrategia conjunta con el gobierno estatal para reforzar la seguridad, generar condiciones para la paz y tranquilidad en Guanajuato. La reciente visita de López Obrador tuvo como propósito comprometer en la estrategia conjunta al gobierno local. 

En Jalisco, Enrique Alfaro ha mantenido una tensa relación con el presidente López Obrador bajo la justificación de mantenerse como un gobierno autónomo, no sometido al poder central. Durante la visita del presidente a Jalisco, Alfaro se comprometió a mantener la tregua pactada con el gobierno federal, a superar los momentos de tensión y diferencias con diálogo y cooperación. A cambio exigió al presidente ser escuchado, para poder diseñar y poner en marcha una estrategia conjunta. 

En lo personal, se comprometió a “corregir lo que yo haya hecho mal” y afirmó: sé que Jalisco contará con su presidente. Para dejar muy clara su posición, Alfaro urgió a un nuevo pacto fiscal y fue contundente en el discurso al matizar que no busca la confrontación, pero tampoco está dispuesto al sometimiento. 

Estábamos con un cielo naranja, apenas sorteando los desencuentros entre el gobierno federal y el de Jalisco. También ante la exigencia de Alfaro de definir con claridad los criterios para el semáforo epidemiológico, en plena fase de reapertura de los negocios y comercios, en la antesala de abrir parques y balnearios, cuando el semáforo pintó de rojo al territorio jalisciense. Esta semana podríamos esperar fuertes reacciones de nuestro gobernador y nuevas confrontaciones entre los funcionarios. 

Lo fundamental para los gobiernos, sean el federal o los gobiernos de los estados, es cooperar para responder mejor a las necesidades de los gobernados. No se trata sólo de coincidir en las intenciones, o elocuentes discursos en los que se declara la disposición de mejorar las relaciones entre los distintos niveles de gobierno. Lo que acabará convenciendo es que en la realidad se pongan al servicio de los ciudadanos, las capacidades institucionales, las capacidades de los funcionarios mejor preparados y comprometidos para que los resultados en seguridad sean contundentes, para que las condiciones de la salud mejoren o para que la reactivación económica genere beneficios a trabajadores, emprendedores y anime a los inversionistas a apostar por México. Se trata de apostar con nuestro trabajo y compromiso para que a todos nos vaya bien. 

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