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El lado bueno 

A pesar de las diversas fallas en el manejo de la pandemia del Covid-19 en Jalisco y en México, hay que reconocer aciertos. 

El más importante de ellos es la reconversión hospitalaria, en la que se han destacado los esfuerzos federales, pero sobre todo los estatales que tienen recursos todavía más limitados y, con ellos, han logrado sortear los requerimientos de salud más urgentes. 

Para aterrizar a nuestra realidad, hasta el lunes pasado, la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) reportó 9 mil 367 personas recuperadas con residencia en nuestro estado. Además, del acumulado de 27 mil 111 casos con Covid-19 que se han presentado en la entidad, apenas 86 por ciento fueron asintomáticos o tuvieron síntomas mínimos que no requirieron de los servicios de salud. 

Sospecho que la mayoría pensamos, ante la evidencia empírica y las décadas de malos servicios, fraudes, falta de medicinas y otras carencias, que en caso de que el nuevo coronavirus pegara con fuerza en Jalisco (como es el caso), nuestro personal médico y la infraestructura no iban a poder soportar tan grande peso. 

Sin embargo, nuestro personal de salud sigue aguantando los embates del Covid, de la irresponsabilidad de algunas decisiones políticas y la falta de empatía social. 

Van 571 casos positivos de SARS-CoV-2 entre personal sanitario, según el reporte oficial. De ellos, se han reportado con contagios relacionados a su actividad 335 de Guadalajara, 151 corresponden a Puerto Vallarta (epicentro de la pandemia en esa región de Jalisco) y 23 en Tepatitlán. 

Ahí también hay datos alentadores: Zapopan, el segundo municipio con más contagios del estado, cuenta apenas con ocho contagios entre los trabajadores de la salud. Un médico infectado cada dos semanas, aproximadamente, y con menos afectados que otras entidades con mucho menor población como Ocotlán y Autlán (con 10) y Ciudad Guzmán (con 13). 

Por supuesto que no es suficiente reconocer los esfuerzos individuales y colectivos para el sector médico de Jalisco. El gobierno Enrique Alfaro y otros gestores deben sumar presupuesto y herramientas para que los galenos puedan seguir afrontando una pelea que se va a extender meses. 

Hay que reconocer que la infraestructura médica puede ser insuficiente en cualquier momento: debemos vernos en el espejo de Nuevo León, estado que acompañó a Jalisco en proporciones muy similares de contagios, pruebas PCR aplicadas y fallecimientos (totales y ponderados). Insisto, a pesar de que las acciones de gobierno y la evolución de la enfermedad ha sido similar, desde hace cuatro semanas el panorama se tornó negro con los regios. 

Hoy Nuevo León tiene 79 por ciento de ocupación hospitalaria en general para atender a pacientes con Covid-19 y apenas 30 por ciento de disponibilidad de camas con ventilador. En ambos indicadores son los primeros a nivel nacional. Jalisco en cambio, cuenta hoy con 27 por ciento de capacidad ocupada de camas con ventiladores y 26 por ciento de ocupación hospitalaria. 

Otro logro es la disposición de información. 

A nivel federal, en un ejercicio inédito del gobierno de México, se dispuso de bases de datos abiertas actualizadas diariamente para que funcionarios, científicos, médicos, ingenieros y especialistas de datos pudieran hacer tantos cruces de información como sean necesarios. 

Tal iniciativa todavía está en pañales a nivel estatal, pero ya iniciaron, por fin. Hoy en coronavirus.jalisco.gob.mx se puede consultar un mapa de casos de la ciudad, la cantidad de pruebas, casos estudiados y personas hospitalizadas.

La del estribo concluye así: no es suficiente, pero también debemos de reconocer la otra cara de la moneda.

Twitter: @cabanillas75

jl/I