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Música de Cuarentena, muestra de solidaridad

(Proyecto. La meta de Marco Aurelio Alvírez es llegar a 70 obras. Foto: Especial)

Música de Cuarentena es una iniciativa del compositor mexicano Marco Aurelio Alvírez (Ciudad de México, 1972) que ha reunido a distancia a 82 músicos de diferentes edades y de tres países, a quienes dedicó una miniatura musical para ser interpretada individualmente o en duetos durante el encierro. 

El proyecto comenzó el 23 de marzo y sigue vigente. Desde entonces han nacido 65 piezas y aún están pendientes cinco más para llegar a la meta de 70 obras. El esquema fue pensado para apoyar y motivar a músicos y cantantes mexicanos durante el confinamiento a causa del Covid-19. 

Tras la cancelación de actividades no prioritarias en México y en otros países, Alvírez vio interrumpido su trabajo como docente de la Escuela Nacional de Educación Superior de la UNAM y de la Universidad Montrer, en Morelia; fue así que de inmediato puso en marcha en este proyecto. 

Su primer participante fue el niño Erik Castillo Santoyo, de 10 años de edad, con la interpretación de una pieza para violín. La dinámica de Música de Cuarentena inicia con la composición de las miniaturas (de un minuto de duración en promedio). El participante tiene un día para ensayarla, interpretarla y grabarla en video para después subirla al canal de YouTube https://www.youtube.com/playlist?list=PLwQRKKhaj0A4ZNnc7yvTV3yGsEiUR2lPU   

Dentro de los primeros dos meses y medio del encierro, la imaginación de Alvírez –también guitarrista– dio vida a las 65 miniaturas que han conformado este ciclo. Fueron hechas para ensambles en duetos o miniorquestas y participó una gran diversidad de instrumentos: saxofón, flauta transversa, hand pan, piano, guitarra clásica, guitarra eléctrica, violín, viola, violoncelo y mandolina, así como trombón, bajo eléctrico, clavecín y percusiones. También hubo obras para voz a capela y voz con acompañamiento. 

Los intérpretes provienen de ciudades y poblados como Toluca, Chihuahua, Puebla, Morelia, Atlixco, Paracho de Verduzco y Oaxaca de Juárez, además de países como Estados Unidos y España. Los únicos recursos invertidos para la realización de Música de Cuarentena fueron el talento de los músicos y cantantes, sus instrumentos, la tecnología a su alcance, y computadoras y celulares.  

Además de la pandemia, otro detonante del proyecto ha sido la preocupación de su autor por el tiempo que tardan las obras desde su elaboración hasta llegar a la sala de conciertos. “A veces pasan años antes de estrenarla y tener la experiencia de escucharla en vivo, que finalmente es la razón de ser de las composiciones”, dice el especialista en instrumentación, orquestación, música popular y edición digital de partituras.  

Otro aspecto a considerar fue la formación de públicos en torno a la música, con piezas de corta duración para atraer a nuevas audiencias en redes sociales, agrega. 

jl/I