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50 años de Venera-7

“Una sonda planetaria soviética había completado su misión y aterrizó suavemente en otro planeta. Independientemente de las muchas desgracias que habían afectado a otros aspectos del descenso, Venera 7 demostró que se podía realizar un aterrizaje” 

Brian Harvey, Russian Planetary Exploration: History, Development, Legacy and Prospects, Springer-Praxis, Berlin-Heidelberg-New York (2007) p. 115 

 

Ahora que los rusos han bautizado a su vacuna para Covid-19 usando el nombre del primer satélite artificial, el Sputnik con el cual para fines prácticos la humanidad inició la era espacial, se cumple un aniversario de la primera misión de exploración de otro planeta de nuestro Sistema Solar que logró exitosamente hacer descender una sonda en la superficie del mismo, fue la sonda Venera-7 que, después de su lanzamiento el 17 de agosto de 1970 descendió suavemente en la superficie de Venus el 15 de diciembre del mismo año. 

Sobre los antecedentes del estudio del segundo planeta que orbita al Sol escriben P.I. Bakulin y colaboradores: “Ya en 1761 las observaciones del paso de Venus por el disco del Sol permitieron a M.V. Lomonósov establecer que este planeta, al igual que la Tierra, posee una potente atmósfera” (Curso de Astronomía General, Mir, Moscú (1987), p. 345), refiriéndose al sabio Mijaíl Vasílievich (1711-1765), epónimo de la universidad moscovita.  

Ya en la era de la naciente astrofísica el italiano Giovanni Virginio Schiaparelli (1835-1910) determinó la rotación venusina como menor a 225 días, los métodos espectroscópicos -la descomposición de la luz obtenida a través del telescopio- no permitieron precisarla, pues la atmósfera parecía muy uniforme entre la superficie iluminada por el Sol y la que no lo era. 

Al describir el programa norteamericano para explorar Marte, James B. Garvin refiere que “la aproximación tomada por nuestros colegas soviéticos para su breve incursión en la superficie del planeta Venus... fue sobrediseñada para manejar cualquier ambiente... para mitigar los riesgos de lo ahí desconocido” (Risk and exploration, NASA, Washington DC (2005) pp. 168-169); Venera-7 pudo transmitir 53 minutos, 20 desde la superficie antes de sucumbir a la atmósfera de 475 grados celsius. 

Twitter: @durrutydealba

jl/I