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La constancia y la visión

Uno, se entiende. Dos podrían ser casualidad. Pero cinco comisarios ya han presentado su renuncia en el municipio de Tonalá y ello parece indicar, además de falta de continuidad en una política criminal y preventiva, un problema interno que no termina de ser procesado. 

No hubo uno solo de los ex comisarios que haya destacado por su visión y su empuje para desempeñar las funciones de seguridad pública. Institucionalmente, las labores han continuado igual, con una funcionalidad insuficiente para promover y garantizar la paz o abatir los índices de incidencia delictiva que se usan como parámetros, es decir las carpetas de investigación. La visión de los gobernantes es que han disminuido, pero no plantean la reducción como un fenómeno ligado al confinamiento, sino a una supuesta mejora en las labores policiales. La verdad es que no. 

Ninguno de los ex comisarios ejerció el puesto más de un año; incluso uno de ellos ostentó a medias el cargo durante tan sólo 10 días: Salvador Isaac Macías Miranda. Aunque el alcalde Juan Antonio González Mora lo reconoció como comisario el 14 de enero, su salida fue manejada discretamente y de manera posterior la postura oficial fue que únicamente había estado designado como encargado de despacho luego de la salida de Héctor Córdova Bermúdez. 

Córdova Bermúdez, quien ya se había desempeñado también como jefe policial anteriormente en otras comisarías, ha sido el comisario que más ha durado y sustituyó al primer comisario nombrado al iniciar la administración luego de que renunció el 15 de febrero de 2019. 

Se trataba de José Octavio García Aceves. Ese 15 de febrero por la mañana dejó el cargo y estaba por integrarse a un puesto de mando en la Policía Estatal, pero por la tarde fue privado de la libertad en un bar table dance junto con sus dos colaboradores más cercanos que lo habían acompañado durante su gestión en Tonalá. El cadáver del ex comisario fue localizado posteriormente en una ejecución atribuida a miembros del crimen organizado. 

Los dos últimos mandos policiales tonaltecas tuvieron una duración menor a cuatro meses cada uno. 

Eliseo López Medina, quien ha sido el único comisario con perfil militar en la actual administración en Tonalá, asumió el cargo en enero y lo dejó en mayo, en plena etapa de confinamiento por la pandemia, mientras que Juan Carlos Romo Dávalos, su sucesor, estuvo al frente de la corporación de marzo a septiembre. 

El último de los comisarios, digamos el sexto, que se desempeñaba como encargado de despacho, tiene su historial manchado. La propia policía municipal había detenido al entonces comandante Juan José Pérez de la Rosa por transitar en un vehículo con reporte de robo. 

Del otro lado de la ciudad y del otro lado del espectro de labor de mando policial está Roberto Alarcón Estrada, quien cumplió cinco años ya como comisario general de Zapopan. 

En ese municipio las políticas preventivas han tenido continuidad incluso respecto a algunas que ya existían, añadiendo otras que parecen ir dando lentamente resultados en la disminución de índices delictivos para, al menos, contener la delincuencia. 

Se trata del único municipio que ha tenido un incremento sustancial de su estado de fuerza en los últimos años, mientras que otros como Guadalajara permanecen estancados y Tonalá, perdiendo personal. Las víctimas de homicidio han tenido un incremento inferior al de otros municipios metropolitanos. 

Si bien, no se puede decir en absoluto que hayan abatido al crimen en su territorio, los zapopanos tienen un rumbo sostenido que parece ir dando frutos en el largo plazo. La visión y la constancia también producen resultados. 

Twitter: @levario_j

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