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Marco Antonio Rodríguez gana premio José Emilio Pacheco

(Foto: Especial)

El poeta yucateco Marco Antonio Rodríguez Murillo mereció el premio de literatura Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco por su poemario Tal vez el crecimiento de un jardín sea la única forma en que los muertos puedan hablarnos.

El premiado, quien concursó bajo el seudónimo de Julia y fue anunciado este viernes, recibirá 10 mil dólares estadounidenses y su libro será publicado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). La premiación se realizará el 5 de diciembre a las 16 horas de manera virtual.

El jurado consideró que “sus analogías entre la muerte humana y la vegetal llegan a exponernos con lujos filosóficos a la Humboldt al vacío y a la agonía de la planta o de la flor”. Estuvo conformado por Pura López Tolomé, Elisa Díaz Castelo y Hernán Bravo Varela.

“Logra una transubstanciación del poema a cita, de la cita al poema, creando un personaje paralelo, ajeno sólo en apariencia al yo conductor.

Julia teje y desteje este tapiz con los distintos subgéneros literarios para conformar un canto tradicional y contemporáneo a la vez”.

Para los miembros del jurado, el libro de Rodríguez Murillo integra las voces de poetas como Emily Dickinson, William Carlos Williams, Allen Ginsberg, Gérard de Nerval y Antonio Cisneros en una nueva voz que medita sobre la muerte, el renacer y la presencia de salmos por todas partes en armónica resonancia.

Rodríguez Murillo resaltó que la obra de José Emilio Pacheco lo ha perseguido toda la vida. Fue uno de los primeros autores que leyó y que retorna continuamente a su libro No me preguntes cómo pasa el tiempo.

Al reflexionar acerca del premio opinó que Pacheco en ese libro habla de un tiempo de los animales que es un no tiempo aterrador porque revela que en realidad no existe.

“Tal vez el crecimiento de un jardín (…) fue un libro que surgió a partir de su obsesión con la fotosíntesis, que era el principal motivo del poemario, pero que al final solamente quedó en un poema”.

Aseguró que él no conocía que existiera el premio y cuando se enteró pensó que su libro podría concursar. Anteriormente se había obsesionado con el mar y había escrito un libro al respecto.

“Puedo ver una moneda de 5 pesos en la mesa, pero hasta el momento en el que yo reflexione qué es esa moneda y porque está ahí y haga un poema a partir de eso, en ese momento la moneda va a dejar de tener un valor de 5 pesos o de ser un objeto de cambio, un objeto metálico y va a tener otras dimensiones”, planteó.

“Debe haber alguna manera de agarrar la poesía y, de algún modo, en las propagandas gubernamentales que se hagan o en todas las leyes que se hagan al respecto de la naturaleza y la conservación de la naturaleza, que esté presente.

Claro no vamos a poner como ley un poema, sino pensando en el valor que tienen las cosas más allá de lo cuantificable”.

Por ahora está escribiendo un poemario acerca de Batman, siendo consciente de que habrá críticas por elegir ese tema.

EH