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Biden, Trump y el clima

No tengo la menor duda de que el cambio climático se convertirá en el tema central de la agenda política global de la década de los 2020’s. En los próximos años empezarán a sentirse con mayor fuerza las consecuencias del fracaso de la humanidad para reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera provocando la subida de la temperatura promedio en nuestro planeta. 

Hasta hace poco todo lo referente al clima tenía un efecto muy limitado en el teatro político-electoral. Los lobistas petroleros mantenían bien aceitados los mecanismos regulatorios para que su industria siguiera operando sin contratiempos y la opinión pública, como veía los impactos negativos en un futuro distante que no se sabía bien si iba a llegar, no le puso suficiente atención. 

Hoy con una pandemia demostrando la fragilidad de nuestra civilización, temporadas récord de huracanes, los incendios forestales más devastadores de la historia, pérdidas irrecuperables de hielo en los polos, la muerte de arrecifes de coral, la extinción de especies marinas y terrestres, y la perspectiva de un incremento en las crisis alimentarias y migratorias, el tema de la adaptación al cambio climático se está volviendo no sólo difícil de ignorar, sino central en las conversaciones políticas. 

Dado este despertar colectivo a la importancia del clima y la diferencia tan radical de las posiciones de Biden y Trump al respecto, algunos están llamando a la elección presidencial en Estados Unidos una decisión de vida o muerte en la que está en juego el futuro de la humanidad. 

Trump llama al cambio climático un fraude y Biden tiene en su programa político una propuesta para invertir 1.7 trillones de dólares en los próximos diez años en energías limpias y justicia ambiental. 

Trump anunció que Estados Unidos saldría del Acuerdo de París, Biden ha dicho que reconfirmaría el compromiso de su país con el pacto firmado por cerca de 200 países para coordinar acciones respecto al cambio climático. 

Trump no generó propuestas en su campaña para atender el cambio climático e incluso trató de que eliminaran ese tema de la agenda del último debate presidencial. Biden tiene un plan robusto en joebiden.com/climate-plan/ en el que declara que “no hay mayor reto para su país y el mundo” que el cambio climático. 

El plan pone la ambiciosa meta de asegurar que Estados Unidos se convierte en una economía 100 por ciento basada en energías limpias y cero emisiones netas no más tarde de 2050. Una meta más ambiciosa incluso que la que Xi Jinping declaró hace unas semanas para que China consiga lo mismo antes de 2060. 

Igual de interesante que la meta de reducir emisiones a través de incentivos, inversiones y mecanismos de supervisión, lo es también que Biden busca preparar a su país con infraestructura para enfrentar las consecuencias del cambio climático. Ya no se trata sólo de mitigar, también los países deben empezar a prepararse para resistir los nuevos huracanes, incendios, inundaciones, sequías, olas de calor, enfermedades, entre otras. 

Biden también busca reconstruir los mecanismos de colaboración internacional que Trump deshizo. Menciona acuerdos bilaterales con China, multilaterales con el G7 y el G20, y la reforma de instituciones como el Fondo Monetario Internacional para alinear las finanzas globales con incentivos para la acción climática. 

Menciona también, por cierto, la intención de integrar una red de energías limpias desde México hasta Colombia. 

Así de contrastantes son los posibles futuros que nos esperan si gana uno o gana el otro. En uno seguimos llevando al mundo al colapso, en otro tenemos una oportunidad de salir adelante. Todo depende de quien llevará el timón de la economía más grande del mundo. 

Twitter: @ortegarance

jl/I