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Mi año 2020 en columnas

Dado que esta es la última columna que escribo en el año, como ya es tradición, la dedico a hacer un resumen de todo lo que escribí durante el muy olvidable 2020. 

Pocos años pueden resumirse como este en una sola palabra por el impacto tan devastador de un único tema. El 2020 siempre será recordado como el año de Covid. 

Pero no todo lo escrito en las 43 columnas de este año fue relacionado al virus. La pandemia fue el catalizador de una crisis global que tiene muchas caras y de varias de ellas tuve oportunidad de compartir en este espacio. 

Divido mi resumen en dos grandes grupos de columnas: aquellas que relatan distintos ángulos de la crisis global y otras en las que escribo sobre las manifestaciones de la crisis en nuestro país. 

En la gran crisis global sin duda la voz cantante la tuvo el coronavirus, primero con tono de moderada preocupación cuando el problema emergió en China a principios de año, después con tono de alarma cuando empezó a crecer exponencialmente en Europa y finalmente con desesperación cuando lo vimos llegar a nuestro continente. Escribí también de dos epidemias paralelas que vinieron junto con el virus: la de desinformación, también llamada infodemia, y la de salud mental por los estragos que empezó a causar la incertidumbre y el encierro en muchas personas. 

En la gran crisis global también escribí mucho este año sobre el cambio climático. Covid-19 ha sido como un despertador que nos ha recordado que estamos muy lejos de tener el mundo natural bajo control. Junto con la pandemia el mundo ha tenido que seguir lidiando con incendios, una temporada histórica de huracanes e inundaciones como la que se vivió en Tabasco. Esto ha empujado a los dos países que más emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera a hacer compromisos más grandes. China lo hizo en septiembre, anunciando que sería un país neutral en emisiones antes de 2060. Estados Unidos, que retrocedió en tiempos de Trump, ahora con la victoria de Biden promete regresar a la lucha. Biden creó una posición especial de liderazgo en su gabinete para enfocarse en el cambio climático y se la dio a John Kerry. 

Otra faceta de la crisis global es la del desgaste del modelo democrático americano que se cuenta a través de dos hilos narrativos. Primero, la elección presidencial de EU que se dio en medio de una histórica polarización social y de un debilitamiento institucional por la negativa de Trump y los republicanos de reconocer a Biden como ganador. El segundo hilo es el de la confrontación entre China y EU por el liderazgo global. Los buenos resultados de China conteniendo el coronavirus en contraste con la mala gestión de Estados Unidos ha puesto sobre la mesa la discusión sobre si el modelo chino de capitalismo controlado por el gobierno es más eficaz que el modelo norteamericano. Biden tendrá un gran reto por delante para reafirmar el liderazgo de EU en el mundo. 

En el segundo grupo están las columnas que narran cómo ha vivido nuestro país los efectos de esta crisis global multidimensional. Lamentablemente aquí se cuentan dos historias, una de negación de la realidad y otra de confrontación innecesaria. La de negación se resume en la frase de que la crisis “vino como anillo al dedo”, de un gobierno que no se adapta a la realidad, sino que espera que la realidad se adapte a sus planes. No estuvimos bien preparados para el golpe de la pandemia y quedamos en los últimos lugares en varios indicadores de un ranking que hizo Bloomberg en noviembre de capacidad de gestión frente al Covid. Seguimos apostando por el petróleo, mientras el resto del mundo rema en otra dirección. 

Quizás peor que la negación ha sido la confrontación. En momentos en donde solo debería caber la unión y la empatía para enfrentar un gran reto común se han profundizado las divisiones. El gobierno federal no trabaja con la iniciativa privada ni con la mitad de los gobernadores. Se han multiplicado los conflictos con empresas extranjeras que invierten en el país y en la elección de nuestro vecino del norte, nos alineamos con el perdedor y desairamos al ganador. 

Sin duda 2020 es un año que recordaremos con dolor, pero la llegada temprana de la vacuna nos hace mirar esperanzados hacia el año que viene que esperemos sea de luz al final del túnel. 

Twitter: @ortegarance

jl/I