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Yerros legislativos

Terminado el segundo año de los trabajos del Congreso de la Unión es conveniente hacer un balance del desempeño del grupo mayoritario: en principio, se debe hacer notar que Morena y sus secuaces (PT y PES) ostentan 64.4 por ciento de la representación de la Cámara de Diputados, con 45.9 por ciento de la votación total emitida; esto es, tiene una sobrerrepresentación de 16.2 puntos porcentuales, cuando el artículo 54 constitucional establece que ningún partidos políticos “podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida”. 

Independiente de lo anterior, varias iniciativas presentadas en ambas cámaras por Morena han sido polémicas, como con la Ley de las Entidades Paraestatales, modificada para favorecer la llegada del polémico Paco Ignacio Taibo II a la dirección del Fondo de Cultura Económica. La ley se cambió para favorecer a una sola persona, con independencia de la necesidad de modificar una ley discriminatoria. 

La elección de Rosario Piedra Ibarra a la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos fue precedida por una votación escandalosa donde se perdieron dos votos y así pudo designarse, sin importar que militó en un partido político y fue candidata de Morena, algo contrario a la legislación. 

Otro fue la iniciativa a las leyes de Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros y de Instituciones de Crédito en Materia de Comisiones Bancarias, que buscaba eliminar comisiones y cobros que hacen a sus clientes, y rechazado por los banqueros. Y luego la reforma para eliminar la subcontratación laboral (outsourcing) y el problema de empleo que se generará. 

En medio de protestas y desencuentros, la extinción de 109 fideicomisos, entre ellos el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Foproden), además de otros del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), argumentando ser símbolos de corrupción. Días después, la naturaleza se ensaña en Tabasco con extensas inundaciones y pone en evidencia el error de haber desaparecido al Fonden. 

La polémica iniciativa de la ley federal para la regulación del cannabis para legalizar el uso recreativo de la marihuana y otra petición a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para posponer su aprobación a más tardar fines de marzo de 2021, que ya de por sí se había pospuesto en dos ocasiones: para el 30 de abril y luego hasta el 15 de diciembre. 

La más reciente pifia, el posible efecto mariposa que se generaría con la intención de modificar la Ley del Banco de México y la protesta tanto de los directivos de la institución y de analistas financieros y funcionarios bancarios ante la posibilidad de que el Banco de México se convierta en receptor de dólares de dudosa procedencia (lavado de dinero), además de atentar contra la autonomía de esa institución, que tuvieron que recular su aprobación y enviarla hasta el siguiente periodo de sesiones. 

Una vez más el Congreso mexicano da muestra de su sometimiento a los designios del presidente López Obrador, pero además de la incapacidad política para escuchar, debatir y dar respuesta, antes de elaborar las iniciativas, de los actores políticos, económicos y sociales susceptibles de ser vulnerados con la nueva legislación. En fin, el parlamento abierto es una burla. 

Post scriptum 

Aprovecho la ocasión para agradecerles su acercamiento semanal a esta columna y para desearles unas felices fiestas decembrinas. Manténganse en casa y nos leemos en enero. 

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jl/I