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2021: la elección del rechazo

La elección de 2021 está a la vuelta de la esquina. Llega en un momento histórico en el ámbito internacional, nacional y, desde luego, en Jalisco. La pandemia nos ha hecho perder muchas cosas: gente querida, perspectiva de la realidad y hábitos y costumbres que creíamos inalterables. No lo eran. 

El proceso electoral se llevará a cabo teniendo como uno de sus principales protagonistas al Covid-19 y a la forma en la que, desde la perspectiva de los votantes, los diferentes órdenes de gobierno lo han enfrentado. Pero claro, además del popular virus están los problemas de siempre, los que tienen años carcomiéndonos: la maldita inseguridad, la endeble economía y la corrupción en todos los poderes, entre una larga lista de etcéteras. 

En este escenario saldremos a votar el 6 de junio. Nada que celebrar. El tablero de Jalisco y, particularmente, de la Zona Metropolitana de Guadalajara, ya es un galimatías difícil de descifrar; sin embargo, podemos anticipar que el móvil de la elección girará en torno a una disyuntiva emocional respecto de dos actores, que sin aparecer en la boleta definirán en buena medida el curso de la votación: Enrique Alfaro y Andrés Manuel López Obrador. 

Cierto, hay actores emergentes en algunos municipios, como Pedro Kumamoto, en Zapopan, pero la contienda se definirá en la caja de los sentimientos y las animadversiones: qué tanto rechazo, miedo o fe tendrá la gente en Alfaro o AMLO en aquel momento. 

Así las cosas, Morena y MC serán, de nueva cuenta, los principales actores partidistas; detrás de ellos, el PAN, que irá solo; el PRI, el casi inexistente PRD y una lista de nuevos partidos que presumen nombres e identidades muy similares y, por lo tanto, borrosas. 

En este contexto es muy probable que Morena tenga acceso a importantes espacios en algunos municipios de la zona metropolitana. Tlajomulco es donde mayores posibilidades tienen de llevarse el triunfo, frente a la baja aprobación del actual alcalde, que busca reelegirse. Ahí, Luis Gómez, el candidato mejor posicionado según las encuestas, tendría ventaja. 

Guadalajara se cuece aparte. En la capital del estado estará concentrado el interés real del gobernador. Ismael del Toro es la única carta de Alfaro para sucederlo y es previsible que el gobierno de Jalisco eche mano de todos sus artilugios materiales, políticos y electorales para defender la plaza. Enfrente, Lemus sólo es un rumor, hasta el momento, de ahí en fuera, y considerando que Alberto Uribe jugará Zapopan, cualquier otro candidato de Morena será un rival a modo para el emecista. Incluido Carlos Lomelí. 

En Zapopan, coincido con quienes ven en la postulación de Kumamoto una posibilidad para Morena y para el propio Alberto Uribe, si es que este último se decide por la Ex Villa Maicera. Kumamoto podría ganar la elección en el mítico distrito 10, pero la fragmentación del voto entre Futuro, MC y PAN en ese territorio colocaría a Morena con posibilidades de ganar, si es que hacen la tarea en el resto de los distritos (4 y 6), de corte mucho más popular y con una mejor percepción de AMLO como presidente. 

En Tlaquepaque y Tonalá, Morena está en la pelea, prácticamente en empate técnico con MC. Dependerá de la elección de candidatos para saber hacia dónde se puede inclinar la balanza. La aprobación de AMLO y Alfaro es muy similar en estos municipios, alrededor de 40 por ciento, las acciones de estos y la gestión de los actuales alcaldes definirán, en buena medida, el destino de la elección. 

Así pinta el panorama de unas elecciones intermedias que no sólo definirán alcaldías y diputaciones, sino, en una buena medida, el pulso de la sucesión del próximo sexenio estatal y federal en Jalisco. 

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jl/I