INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Vencidos por el hastío

En poco más de 11 meses desde que llegó el Covid-19 a Jalisco se han presentado casi 10 mil muertes. No hay tragedia natural similar en un siglo. 

Según el periodista Lauro Rodríguez, es la tercera epidemia con la mayor cantidad de fallecimientos en la historia del estado. Se estima que la gripe española provocó unos 21 mil decesos en 1918 y el cólera –que llamaron grande- trajo el fin de su existencia a 20 mil personas en 1833. 

En este escenario, el gobernador del estado encabezó la presentación del Plan Jalisco ante la Pandemia 2021: Adaptación, convivencia y responsabilidad social. El reto –advierte– es encontrar la “forma de adaptarnos a esta nueva realidad”. 

El mejor adjetivo que encuentro para describir el plan es “laxo”. 

Quitando el elemento escolar (los estudiantes no volverán a clases presenciales sino hasta agosto), todas las demás actividades vuelven con grados menores de contención en comparación con los botones de emergencia anteriores. Tras analizar las 12 cuartillas publicadas el viernes pasado en el Periódico Oficial El Estado de Jalisco no puedo más que deducir que el hastío se inoculó en las autoridades estatales. 

El fastidio no es exclusivo de los líderes políticos. La sociedad lo vive y lo expresa de distintas formas. La primera, lógica y natural, fue salir a la calle. En cuanto Alfaro dio a conocer las nuevas y descafeinadas medidas sanitarias, mucha gente saturó corredores comerciales y plazas. 

El escape colectivo no sólo se dio de día. El Informador publicó una imagen muy ilustrativa del sábado por la noche en el Vintage Club (casi en el cruce de Vallarta y Chapultepec). Se puede apreciar cómo se agolpan –pegados unos a otros– varias decenas de jóvenes con el fin de ingresar al lugar. La foto es contundente: apenas cuento seis personas que portaban cubrebocas y además estaba mal puesto. En plena pandemia, la instantánea eriza la piel. 

Otra manifestación del tedio social se presentó en los centros de culto. El Arzobispado de Guadalajara dio un albazo y se adelantó a la autoridad sanitaria local convocando a la grey a misa a partir del sábado. 

El 10 de febrero liberó un comunicado firmado por el cardenal José Francisco Robles Ortega en el que argumentaba: “Una ausencia más de participación a la vida comunitaria y celebrativa, podría minar el sentido de la vida”. Y luego citaba al papa Francisco para justificar tal decisión. ¿Alguien sabe si el prelado es un experto en materia epidémica? 

Cabe recordar que el grupo etario que más acude a los servicios religiosos son las personas de la tercera edad. Nada de eso importó. Tras la revisión periodística hecha por NTR el domingo se pudo documentar que en diversos templos del Centro de Guadalajara no se respetaron las reglas anticovid: cantaron salmos, no había filtros sanitarios en todas las entradas ni gel ni hubo un tapete sanitizante y menos toma de temperatura. Nadie verificaba el uso del cubrebocas y menos hubo encargados en el control de la capacidad (50 por ciento de aforo en las iglesias). 

No se cumplen las medidas y los municipios no reportaron una sola acción al respecto. Lo sostengo: esa forma de actuar del Arzobispado de Guadalajara es obtusa, negligente, inmoral y provocará muertes. Ejerciendo su libertad, cansados por las contradicciones de las autoridades sanitarias estatales, tendrán en su conciencia sumar fallecidos entre la población más vulnerable: los ancianos. 

De nuevo, es claro que nos ganó a todos el hastío. Elegimos volver con restricciones muy ligeras a un punto anterior de actividad previo a la pandemia. Todos sabemos las consecuencias funestas que vendrán. 

Twitter: @cabanillas75

jl/I