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Gobernar mintiendo

No quiere decir que la mentira no fuera parte de los gobiernos anteriores. Hay muchos casos históricos de qué tanto se puede torcer la verdad con la intención de promover un proyecto político o económico. 

Pero lo que sí resalta en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no es sólo la mentira, sino lo burdas de las mentiras que usa el presidente y su equipo para gobernar. 

Un ejemplo: en abril de 2020 el presidente López Obrador anunció en uno de sus “informes al pueblo de México” que en nueve meses su gobierno creará 2 millones de empleos nuevos. 

Si la crisis había destruido más de un millón de empleos formales, esos 2 millones no sólo compensarían a todos los perdidos, sino que incluso hasta saldríamos ganando. Por supuesto, eso no pasó. El empleo empezó a recuperarse en agosto, pero terminó el año con una destrucción de 647 mil empleos. 

El presidente sabía que mentía y lo hizo. Era imposible pensar que en medio de la peor caída económica hubiera tal fantasiosa creación de empleos. El presidente lo hizo sólo para ganar los titulares ese día con la impresión de que “tenía un plan”. Dejando a todos los demás haciendo números para saber de dónde diablos el presidente sacaría 2 millones de empleos. 

La práctica la ejerce AMLO, pero la copian sus funcionarios: el secretario de Hacienda declara que los cambios a la ley eléctrica que impulsa López Obrador y que mete en la incertidumbre a las inversiones privadas en el sector “no frenará la inversión”. Una vil mentira. La inversión privada en el sector energético viene cayendo desde 2019 y seguirá cayendo.  

Y ahora en Pemex, donde la caída en la producción petrolera no ha parado desde 2014, sus directivos anuncian que en 2020 se elevó la producción petrolera “por primera vez desde hace 15 años”. 

¿Cómo lograron ese milagro? Fácil: en la estadística de barriles de petróleo se les ocurrió la brillante idea de sumarle al petróleo crudo, el gas natural líquido (condensado) que resultan de la producción petrolera. 

Así “la producción de petróleo en 2020 fue mayor a la de 2019”. Algo que no pasaba desde 2005. ¡Milagro! 

Ganan la nota, cantan victoria y usan sus mentiras como argumentos para validar sus planes, programas y proyectos. Usan la mentira para desprestigiar a los analistas independientes, tachándolos de “enemigos” o “aliados de empresas extranjeras”. 

¿Otro ejemplo? La contabilidad de personas muertas por Covid. El gobierno de AMLO reconoce “sólo” 180 mil fallecimientos, cuando saben bien que contabilizan únicamente a las personas que fallecieron en un hospital. De las miles de personas muertas en sus casas, que si registra Inegi nada dicen y menos, las cuentan. 

Y ¿qué pasa cuando la realidad les estalla en la cara? Fácil: seguir estirando la mentira. Decir que “ellos tienen otros datos”. Y volver a mentir. 

Eso es gobernar mintiendo. 

Twitter: @Israel_Macias

jl/I